Sueños de color púrpura ✔

17. Perdiendo el control

Capítulo 17. Perdiendo el control

Liam

El día anterior…

El salón que mis padres alquilaron para la fiesta es más grande de lo que me dijeron. 

Solo serían unos amigos, pero se han reproducido desde que fui a tomar una copa de whisky. 

Paris me eleva la mano y camino hacia donde está sentada con una amiga de ella que nunca disimula al mirarme con deseo. 

No la culpo, es más, la entiendo, pero no me agrada.

Mamá dice que tengo un sexto sentido, yo le digo sentido arácnido. Tengo esta sensación de que alguien tiene algo malo antes de cruzar palabra y simplemente me alejo. 

No me gusta comprobar si estoy en lo cierto o no, porque casi siempre acierto. Dos de cada tres veces. 

Y la amiga de Paris me da esas vibras que no me gustan.

—¿Te ibas a quedar parado toda la noche ahí solo? —pregunta Paris.

Su amiga me sonríe y se lleva una copa a la boca con seducción. Conozco el movimiento, lo he visto demasiadas veces. 

—Si. Hasta el discurso de papá y me iba a ir.

Asienta su copa con fuerza en la mesa. 

—¿Por qué te vas? Se supone que nos vamos a reunir todos después de esto e irnos a nuestra propia fiesta. 

—¿Quiénes? —digo con interés, solo por curiosidad porque mis planes ya están trazados y no cambiaré los planes. 

—El grupo del instituto. 

—Como los viejos tiempos —interviene la amiga de Paris. Me sonríe y me hace ojitos. 

¡Ya me acordé! 

—Íbamos juntos al instituto —le digo. 

La sonrisa se le tambalea y asiente. 

—Si. Soy Seline. ¿Cómo pudiste olvidarme? —Suelta una risa baja y se lleva la copa a los labios. 

—Su memoria no llega tan lejos —dice Paris como una explicación.

Le doy una sonrisa de disculpa, pero no lo siento de verdad. Estoy intentando hacer memoria para saber si me acosté con ella o fue alguno de mis amigos. 

Ehm, no. No me acuerdo. 

Un brazo se cuelga de mi cuello y una risa que resuena en mi oreja me hace soltar una a mí. 

—¡Liam Carter! ¿Dónde te has metido? La última vez que te vi estabas más delgado. 

Le doy un golpe en las costillas para que me suelte. Matt se aleja y saluda a las chicas con un beso en la mejilla. 

La corbata me está apretando el cuello e intento aflojar un poco, pero algo me pica en la cabeza y giro. 

Mamá me está viendo desde la distancia con los ojos fijos. Hace un gesto de que no me toque la corbata y regresa a su conversación con una sonrisa de cortesía. 

¿Cómo es que sabe lo que iba a hacer? 

—¿Te quedarás para el after? Vamos a celebrar que el señor Henderson se hará alcalde. 

—Aún no sucede —le responde Paris a Matt. 

—Nena, tu papá es dueño de media ciudad, la otra mitad está repartida entre nuestras familias, es más que obvio que va a ganar. —Matt se toma todo su vaso de whisky y coge otro cuando un mesero para a nuestro lado.