Leah Wilson se ve atrapada enmedio de un enfrentamiento entre las personas más importantes en su vida y eso la llevará a hacer cosas que jamás se hubiera imaginado. Pero aún estando enmedio de todo ese caos, encontrará un amor que la llevará hasta e...
Bostezo sin compasión alguna y noto que el profesor Richard me observa con desaprobación.
—Señorita Wilson... —deja su gran libro sobre el escritorio y se cruza de brazos.
Yo enderezo mi espalda y finjo ponerle atención, mientras que todas las miradas de mis compañeros de clase se posan sobre mí.
«Por fin algo interesante va acontecer en esta estúpida clase». Pienso.
— ¿Tiene sueño? —Cuestiona.
Y sí, con lo de que algo interesante va acontecer; me refiero al "regaño" que me llevaré por parte de el señor calvo que espera impaciente mi respuesta a su pregunta.
—¿En verdad quiere que responda esa pregunta? —Suspiro y me recargo en el respaldo de la silla. —Lo puedo hacer, pero se supone que estamos en el último año de bachillerato y está es una de las clases más importantes y que yo responda sí a su pregunta, lo desmeritara, porque eso querrá decir que su clase está aburrida y las actividades que está efectuando ahora, no están teniendo el éxito que usted planeo.
»En pocas palabras, que no están sirviendo. Porque no estamos aprendiendo absolutamente nada. —Recupero el aire perdido por haber dicho lo anterior con una fluidez y rapidez envidiable. Sonrío falsamente y el hombre infla su nariz en señal de molestia. Pero no deshago contacto visual con él.
—Uhhhh... —suelta algún idiota en forma de burla hacia el profesor.
No acostumbro a ser una alumna rebelde, ni mucho menos, pero verdaderamente ya hace tiempo quería decirle esto a este señor, ya que su clase es realmente aburrida. Miro como carraspea la garganta y asiente con la cabeza, dando pequeñas vueltas sobre su propio eje. Se detiene y me mira sonriente, igual de falso como lo estoy haciendo yo.
—Bien, señorita Wilson. Dado que mis clases le parecen tan aburridas, le concedo una suspensión de mi clase de una semana...—iba a repelar, pero el señor me shita—, tómelo como un favor, se librará una semana de ya no estar en este suplicio.
Tomándolo por ése lado y sabiendo que no estamos en evaluaciones; asiento con la cabeza. Tomo la mochila del piso, guardo los libros en ella y me levanto de la silla.
—Gracias por ser tan amable, profesor Richard. —Le sonrío.
Mis amigas: Allison y Melissa me miran sorprendidas, encojo los hombros y camino hasta llegar a la salida del aula.
—Profesor, ¿no puede darnos una semana de suspensión a todos? —Escucho como alguien pregunta.
Suelto una risilla y cierro la puerta del salón. Camino por el pasillo desolado y llego a los casilleros; abro el mío y guardo la mochila en el. Observo la hora en mi iPhone: 15:07 p.m. Ya no tarda en salir Henry de su clase. Camino hasta el aula donde imparten la clase de anatomía y le mando un mensaje de WhatsApp a mi novio:
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