CAPITULO 20

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Miro a Nicholas que observa con detenimiento a Henry, el cual está apunto de bajarse del auto.

—Déjame arreglarlo a mí ¿ok?

Nicholas me mira y asiente. Camino hacia Henry y esté baja del coche y besa mis labios.

—Hola. —Menciona.

—Hola.

—¿Qué hace él aquí, cariño? —Cuestiona en tono relajado, aunque sé que está conteniendose demasiado para no gritar

Carraspeo la garganta.

—Lo acompañaré a una fiesta familiar. —Frunce el ceño y agrego: —Henry, ya te lo había dicho, es gay, pero su familia no lo sabe y tiene que fingir ante ellos.

—Eso lo entiendo, Leah. Pero, ¿siempre tendrás que ayudarlo tú?, ¿no puede hacerlo alguien más? —Refunfuña. —Además es muy poco el tiempo de conocerlo, ¿Qué no tiene otra amiga más cercana que le haga ése favor?

—Por eso mismo, el poco tiempo que llevamos conociéndonos, ha beneficiado a la falsa que se ha inventado.

Henry frunce el ceño.

— ¿Qué falsa?

—Nicholas me presento como su novia. —Otra mentira agregada a mi lista negra.

— ¿Eh? —Abre la boca y su frente se arruga aún más.

—Henry, será solamente hasta que pueda hablar bien con su familia.

Tuerce los labios.

—Leah... —me abraza fuertemente de la cintura—, si estás viéndome la cara de estúpido no se quedará así ¿Ok? —Su tono de voz y su mirar me hace tragar saliva.

—No lo estoy haciendo, Henry. Todo lo que te he dicho es verdad.

«Demonios, Leah ¿Por qué mentir de esa manera? Es más fácil decirle que ya no quieres estar con él, porque ha llegado alguien más. Eres igual que el resto de los seres humanos, los cuáles se empecinan en engañar y verles la cara a las demás personas».

Oh mierda. Si que mi voz interior tiene razón, ¿Cuándo no la tiene? Pero cielos, soy extremadamente cobarde para decirle a Henry lo que verdaderamente sucede. Sí, soy un asco de persona.

—Bien, Leah. Ve con él. Pero ¿así vestida irás a la fiesta?

—No...—río.

¿Ahora qué le digo? Es claro que un hoodie rosado y unos tenis Nike no es el outfit adecuado para ir a una fiesta. Y mucho menos puedo decirle que la fiesta durará cinco días.

—En realidad está vestida así, porque no volverá hasta dentro de...

—Dos días. —Termino la frase por el chico que se encuentra detrás de mí.

Volteo a ver de mala manera a Nicholas y el ni siquiera se inmuta en mirarme, por qué sus ojos están posados en Henry.

—¿Dos días? —Cuestiona Henry observándome  con el ceño plenamente fruncido.

Lo veo y asiento.

—Henry, ya te lo expliqué.

Suspira y asiente nuevamente con la cabeza.

«¿No te parece ruin y despreciable mentirle tan descaradamente en la cara a éste chico?».

Parece que la voz en mi mente está dedicándose en hacerme recordar lo que ya sé. Y efectivamente sí, si me parece ruin y despreciable estar haciendo esto. Mejor dicho, todo lo que estoy haciendo en éstos momentos de mi vida me parece ruin y despreciable.

NICHOLAS "AMARTE DUELE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora