CAPITULO 16

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La mirada de Melissa está fija en mí y no me dice nada, y realmente me incomoda su mirar y su silencio, pero parece estar procesando la información que su sentido auditivo ha escuchado.

— ¡¿Qué?! —Suelta de repente con euforia.

— ¡Melissa! ¡Shhhh! —La shito exclamando en voz baja. —¡Que no grites!

— ¡¿Cómo quieres que no grite si te acabo de ver besar a Nicholas y ahora me estás diciendo que te gusta?!

Agradezco que estemos en el baño, muy lejos de los chicos.

—Es una tontería ¿Cierto? ¡Agh! —Me giro para verme en el espejo. —No puede ser que tenga escasos días de conocerlo y me esté besando con él y ahora me encuentre debatiendo si me gusta o no.

—No amiga, no es una tontería, sólo basta con mirar a Nicholas un par de segundos para que te guste, porque sinceramente a mí me gustó desde el primer momento que lo ví, pero no te preocupes, mi amor por él solo duró un par de minutos, te lo puedes quedar.

La miro de mala manera.

—Melissa... —Bufo con frustración.

—Tienes razón, pongamos seriedad al asunto. —Se apoya en el lavabo y me observa. —Leah, es que no le veo nada de malo, es un chico muy guapo, muy sexy, muy fuerte, muy varonil, muy todo sinceramente, así que es imposible que no te gustará. Pero ¿En qué momento comenzó esa cercanía entre ustedes?

En el momento que acepté que me acompañará a una fiesta de mafiosos. Sí, eso lo respondí en mi mente.

— ¡Agh Melisa, no lo sé! ¡No lo sé! —Ahora soy yo la que grita como desquiciada. —Sólo sé que ese chico provoca algo en mí, que, escuchame bien...—la miro fijamente a los ojos—, que ni Henry había provocado. —Agrego con firmeza y a la rubia se le cae la mandíbula hasta el suelo.

Pongo los ojos en blanco y veo mi reflejo en el espejo, el cual me muestra una muy acalorada y confusa Leah. Abro la llave del agua, y con mis manos coloco un poco de ella en mi cara, para relajarme.
Tomo un poco de papel para secarme y le pongo atención a la rubia.

—Ok, amiga. Ok. —Ella suspira y dice: —Estoy confundida.

—Imaginate como estaré yo.

—No, no me lo quiero imaginar. —Resopla. —Obviamente no hay punto de comparación con el tremendo dios griego de Nicholas y con el simple mortal de tu novio, pero si que me sorprende que Leah Wilson comparé su sentir hacía un chico que conoció hace apenas unos días, hacía su sentir por alguien que ha sido su novio por un año.

— ¿Cierto que soy un ser humano despreciable?

—No Leah, no eres un ser humano despreciable, porque así de simple es la vida y a ella puede llegar una persona y convertirse de un momento a otro en tu amor verdadero.

La miro con atención y río levemente.

—No seas ridícula y no trates de decir palabras que crees que te ayudarán a ti misma, eh.

Hace mueca de ofensa.

—Porsupuesto que no estaba diciendo esas palabras, mientras me imaginaba a Jake y a mí sentados desayunando en la playa con un par de pequeños a nuestro alrededor.

—Cielos, estás peor que yo. —Digo horrorizada. — ¿Dónde quedó el «soy muy joven para comprometerme con una sola persona, el mundo tiene muchos hombres por y para mí»?

—Leah, no estamos hablado de mí, estamos hablando de ti y de tu confusión.

—Ay no, ya no quiero seguir hablando de eso. —Me quejo mirándome nuevamente en el espejo.

NICHOLAS "AMARTE DUELE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora