CAPITULO 32

13 5 6
                                    

La luz se cuela por mi ventana, e interrumpe mi sueño. Cubro mi rostro con la sábana y tardo en recordar todo lo que sucedió. Me levantó tan rápido que siento que la habitación se mueve. Mis ojos miran a Allison, a Melissa y a mi nana que me observan con detenimiento.

— ¿Qué sucede? —Cuestiono.

—Eso mismo te lo preguntamos nosotras a tí, ¿Qué pasó anoche? —Inquiere la pelirroja sentándose junto a mí. —Alfred, el que era mejor amigo de tu hermano te trajo totalmente inconsciente. Dijo que habías bebido demasiado.

— ¿Tú qué hacías con él, Leah?, ¿No estabas con Nicholas?, ¿Dónde está él?—Pregunta la rubia.

Eso mismo me pregunto yo, Melissa. ¿Qué demonios hizo mi hermano con Nicholas?
Vaya el mal momento que se me ocurrió desmayarme.
Siento que mi cabeza va a explotar. Miro a Sara, suplicándole con la mirada que haga o diga algo, para que las chicas no interrogen más.

—Bueno chicas, Leah se muestra un poco renuente a contarnos. Así que dejémosla sola por un momento.

Mis amigas me dedican una mirada de preocupación, pero terminan asintiendo.

—Te esperamos abajo para desayunar, e ir al instituto, ¿está bien? —Cuestiona Allison.

Asiento y las miro salir. Mi nana me ve y hace un ademán de «¿Qué está pasando?»  Le señalo que salga y que en un momento le cuento.
Cuando estoy sola, me levanto rápidamente de la cama, busco el bolsillo que traía ayer y lo encuentro en el sofá de mi habitación. Tomo mi celular y son las diez con tres minutos de la mañana. Le llamo a mi hermano y como era de esperarse, no me contesta.
Estoy a punto de entrar en un colapso nervioso al pensar en lo que posiblemente le pudo haber hecho a Nicholas. Le llamo a Alfred y no, tampoco contesta. Doy por hecho que se encuentran en la bodega, dónde Tyler está escondido. Tecleo mi celular y le mando un mensaje de texto, advirtiéndole que más le vale que Nicholas se encuentre bien. Sé que soy una idiota al todavía preocuparme por él, pero maldita sea, lo amo. Mi corazón siente un inmenso amor por él y no puedo evitar sentirme entre la espada y la pared, porque se trata de un enfrentamiento entre los hombres más importantes de mi vida.

— ¡Mierda! —Suelto totalmente desesperada.

Sé que no es importante y mucho menos en éstos momentos tomar un baño, pero me siento sucia y agotada. Así que me meto a la ducha y en máximo diez minutos después salgo de ella. Tomo lo primero que veo en el armario y me lo pongo. Ato mi cabello en un moño alto y salgo de mi habitación. Camino hacia la cocina y en el comedor principal se encuentran desayunando mis amigas, mi nana y Jake.

¿Jake?, ¿Qué carajos hace él aquí?

Me acerco a ellos y le sonrío a Allison que me mira suspicaz.

—Disfruten sus alimentos. —Digo.

—Gracias. —Mencionan al unísono.

—Mi niña, toma asiento, ahora traigo tu pla...

—No, nana. —Carraspeo la garganta y miro a Jake, el cual también me observa. —Jake, ¿Podemos hablar? —Cuestiono y todas las miradas se posan sobre mí. —Es sobre Nicholas. —Termino la oración.

Él asiente y se levanta. Camino a la puerta y salgo de la casa. Espero a que salga también y cierro la puerta.

— ¿Qué pasa, Leah? —Cuestiona.

Camino unos cuantos metros lejos de mi casa y Jake me sigue por detrás. Suspiro y cuando considero que estamos lo suficiente alejados de los oídos de las chicas y de mi nana, me giro a su dirección.

—Jake...—carraspeó la garganta—, evitemos la parte en dónde finges no haber estado al tanto del plan que estaba llevando a cabo Nicholas.

—Claramente no es mi objetivo, sino no hubiera venido a preguntarte si sabes algo de él. Su último mensaje fue el día de ayer a las siete de la noche, diciendo que iba a estar contigo lo que restaba del día. Eso no me extraño...

NICHOLAS "AMARTE DUELE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora