CAPITULO 11

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Mis dedos se enredan en su cabello y nuestros labios parecen congeniar a la perfección. Nuestras lenguas juguetean, pareciendo como si estuviéramos compitiendo para ver quién es más intenso, más placentero.
Nicholas se separa unos segundos para coger aire y después de un breve instante, vuelve a unir nuestras bocas, tomándome por la cintura con fuerza y sentándome en la barra. Escucho como se estrella contra el suelo, uno de los vasos donde bebíamos hace un rato. Ignoramos el hecho y nos concentramos en el beso ferviente en el que estamos sumidos.

Oh mierda, que chico tan fugas.

Siento que me falta el aire, pero no pienso dejar de besarlo por nada del mundo.

— ¡Leah, ábreme!, ¡Necesitamos hablar!

Abro mis ojos y Nicholas se separa completamente de mí.

¡Agh, Henry!

Éste comienza a golpear desmesuradamente la puerta de entrada de mi casa y a gritar como desquiciado.

Fijo mi mirada en el par de ojos avellanados y se tienta los labios coquetamente. Me dedica una media sonrisa. Una maldita y perfecta media sonrisa. Siento mis labios arder con furor ¿y cómo no? Si acaban de ser testigos de un beso tan profundo.

—Creo que te buscan. —Menciona divertido y yo vuelvo a recodar al chico que se encuentra a punto de tirar la puerta de mi casa. Dejo caer mi cabeza hacia atrás y doy un pequeño salto para bajar de la barra. — ¿Me voy? —Cuestiona y yo niego con la cabeza.

—Henry hace un rato estaba a punto de follarse a una chica. No tiene por qué reclamarme el hecho de que tu estés aquí... —Nicholas encoge sus hombros hacia arriba—, tomando conmigo un trago de licor. —Aclaro y el ríe.

—Claro, solamente tomando un trago de tequila. —Ironiza y siento arder mis pómulos.

Río y camino hacia la puerta. Bufó antes de abrirla, lo hago y Henry entra como si fuera bienvenido.

—Nunca dije que podías entrar. —Le digo de mala manera y el recorre el pasillo. Ignorándome.

Lo sigo y se dirige hacia donde está un Nicholas en cuclillas, recogiendo los trozos de vidrio del vaso que tiramos. Me sonrojo al recordar aquello.

—Lárgate, necesito hablar con mi novia. —Le ordena de muy mala manera.

Nicholas lo ignora y sigue concentrado en su labor.

—Yo no quiero hablar contigo, Henry. —Hablo fuerte.

— ¿Qué no me escuchaste? ¡Que te largues! —Ahora el ojiverde me ignora a mí.

Nicholas detiene la mano que estaba a punto de recoger el último trozo de vidrio y voltea a ver con una mirada oscura y soberbia a Henry. Los dos mantienen su mirada fija y Nicholas sin ver el trozo de vidrio, lo recoge del piso. Se endereza y sin despegar su mirada de Henry, coloca en la barra los trozos de vidrio.

—Me pareció escuchar que ella no quiere hablar contigo. —Su voz suena áspera.

—Y a mí me pareció decirte que te largaras. —Suelta burlón y un poco impaciente.

Nicholas está apunto de hablar, pero yo me coloco enfrente de Henry.

—Vete Henry, no quiero saber, ni que me expliques nada. —Cruzo los brazos sobre mi pecho.

—Leah, por favor. Sólo serán cinco minutos.

Súplica y tontamente me interrogó a mí misma si es buena idea de que "me expliqué" lo que paso, pero ciertamente me conozco y estoy segura que terminaré perdonándolo y Melissa me dirá su típica frase: Amiga, date cuenta.

NICHOLAS "AMARTE DUELE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora