NICHOLAS "AMARTE DUELE"

CAPITULO 29

Nicholas.

Ayudo a Isabela a sentarse en la silla y la pequeña niña toma una servilleta de la mesa y se concentra en deshojarla para después mostrarme lo que en su imaginación dice parecer una flor. Sonrío y la tomo en mis brazos.

—Abrazo de oso. —Pronuncia con su fina e infantil voz.

Observo a mi padre y a Jason reír, al notar que el idiota de mi hermano no sabe cómo avivar el fuego del asador de carne. Me pongo de pie con Isabela en brazos y me acerco a ellos.

—Anda Jason, hazte a un lado. Yo lo hago. —Lo empujo levemente burlándome de él y tomo el cartón.

Él carga a Isabela, la baja al piso y comienza a correr detrás de ella por todo el jardín. Mientras que yo me concentro en mi labor.

—Me da mucho gusto ver a mi familia reunida. —Menciona mi padre.

Lo miro y asiento, observando igual que él, la escena que está ante nuestra mirada; Jason e Isabella se encuentran corriendo por el jardín, siendo perseguidos por Casper, el perro labrador de Isabella. 
Mi hermosa madre coloca en la mesa la ensalada de manzana que tanto me gusta y nos dedica una mirada que sinceramente irradia felicidad. Una mirada que tenía mucho tiempo que no veía. Se acerca a nosotros y mi padre la abraza por los hombros y besa con calidez su frente.

—Estoy tan feliz de tenerte aquí con nosotros, mi bebé. —Menciona mi madre acunando mi mejilla con su mano.

—También lo estoy, mamá. —La abrazo.

Besa mi mejilla y deshace el abrazo para unirse a la guerra de cosquillas que Isabela tiene con Jason. Suelto una carcajada al ver cómo Casper, en un intento de ser participe del juego, comienza a tirar del jeans de mi hermano. Parecen divertirse y es algo verdaderamente gratificante de observar.
Mi padre carraspea su garganta, lo volteo a ver, se acerca demasiado a mí y me abraza fuertemente. No dudo ni siquiera un segundo y le correspondo el abrazo de igual manera. Tenía bastante tiempo deseando esté momento. Sinceramente lo anhelaba. En mis ojos se acumulan lágrimas que rápidamente salen de ellos.

—Siempre serás mi hijo, Nicholas. Y te amo.

Asiento sin dejar de abrazarlo y más lágrimas recorren mis mejillas.

—Yo también te amo, papá.

Cierro mis ojos y unos segundos más tarde los vuelvo a abrir, encontrándome con una escena catastrófica: Mi padre se encuentra en el suelo con un charco de sangre bajo su cuerpo.

— ¡No!, ¡Papá!

—Esto es solo el principio, Nicholas.

Aparece una voz detrás de mí. Me giro rápidamente y me doy cuenta de que es Leah Wilson. La cual sostiene el arma que mató a mi padre y vuelve a apretar el gatillo a mi dirección.

— ¡No!

El estruendo y mi grito provocan que abra mis ojos y me levanté rápidamente. me doy cuenta de que estoy en mi habitación.

—Hey, Nicholas ¿Estás bien? —Cuestiona Leah alarmada, tocando mi frente y mis mejillas.

Mi respiración está acelerada y siento que todo mi cuerpo está transpirando demasiado sudor.

—Sí... sí estoy bien. —Menciono entre cortado.

Leah se sienta junto a mí.

—Estabas teniendo una pesadilla. Todo está bien.