NICHOLAS "AMARTE DUELE"

CAPITULO 23

Observo minuciosamente el rostro del niño, el cual parece ser tres o cuatro años mayor que Nicholas. Ciertamente tienen un ligero parecido, pero no del todo. Si es su hermano ¿Por qué no me hablaría de él?

Observo nuevamente la foto y en la esquina se encuentra una fecha: 2004. Es lógico que la pequeña versión fémina de Nicholas no se encuentre en ella, puesto que el castaño tendría quizá cinco años de edad en ese tiempo. Realmente me resulta conmovedor observar la fotografía. Sus rostros transmiten felicidad pura.

─Perdón, tenía que cersiorarme de algunos asuntos...

La mirada de Nicholas se fija en la fotografía que sostengo, camina rápidamente hacía dónde estoy y la arrebata con demasiada fuerza y molestia de mis manos. Mi frente se arruga.

─Oye tranquilo, solamente la estaba viendo. ─Realmente quiero golpearlo. ─No es necesario que seas tan grosero, Nicholas.

Vuelco los ojos resoplando y paso a un lado de él, chocando mi hombro contra su brazo.

─Leah, aguarda un momento. —Detengo mi paso y me giro levemente. —Lo siento ¿si?  Es que es la única foto bonita que tengo con mi padre.

Suspiro y encojo los hombros.

—Ya está. No pasa nada.

Estoy dispuesta a salir del cuarto, pero el castaño se coloca enfrente de mí.

—No, es enserio. Lo siento.

Me acaricia la mejilla y me abraza por la cintura.

—Está bien, Nicholas. —Sonrío. —Ehm... —se separa de mí y cuestiono: — ¿El niño que sujeta la mano tu padre es tu hermano?

─Sí... ─su rostro se relaja un poco y coloca la fotografía en su lugar y me mira fijamente: ─, él vive en España, se mudo ahí desde hace tiempo. Sólo nos comunicamos una que otra ocasión por celular. Y por esa razón es que no creí que era relevante contarte sobre él.

—Ya veo. —Asiento con la cabeza, entendiendo cada una de sus palabras.

Nicholas se acerca nuevamente y me abraza por la cintura.

─No sé cuantas veces tendré que pedirte perdón después de portarme como un idiota contigo, ¿Me perdonas por quitarte tan brusco la fotografía?

Acaricio su pecho desnudo y asiento sonriente.

─Ya basta. —Río. —Te he dicho que todo está bien. No ha pasado nada.

Beso su labios.

— ¿Te espero en el lago? —Cuestiona sonriendo.

─Sí. —Sonrío. —Me pongo un traje de baño y voy ¿está bien?

Asiente y sale de la habitación.

Después de colocarme un traje de baño, debajo del pantalocncillo corto de mezclilla que ya traía puesto, salgo de la cabaña.
Camino por el puente y la madera vieja cruje bajo mis pies. Nicholas me mira sonriente, me deshago del pantaloncillo y le sonrío también.

— ¿Está fría el agua? —Cuestiono sentándome en la orilla del puente.

─Un poco.

Me toma de la cintura ayudándome a bajar. Mi cuerpo siente el agua fría, pero al pasar los minutos se acostumbra a la temperatura.
Nicholas sonríe al igual que yo. Colocó mis manos encima de sus hombros y nos miramos fijamente.

─El azul de tus ojos es espectacular. ─Dice y siento mis mejillas arder.

─Herencia de mi padre. ─Sonrío observando sus ojos y diciéndo: ─Tus ojos son aún más bonitos, ese tono verdoso, con destellos amarillos y grises y esas pestañas, uff...