Inuhito no tuvo un buen despertar. Cuando abrió los ojos, lo único que vio fue el suelo. Por alguna razón que no entendía, estaba a cuatro patas. Se intentó mirar: sus manos y sus pies estaban fijados al suelo por cuatro estructuras troncocónicas gigantescas y muy pesadas que se hallaban ancladas al suelo. Aquellas trampas metálicas no le causaban dolor, pero lo tenían atrapado como si de cepos se tratasen. Su cuello era muy flexible y bastante largo, pero no era milagroso, por lo que no pudo ver la totalidad del lugar en el que se encontraba. A juzgar por los colores de las paredes, el suelo y el techo y la disposición del mobiliario, infirió que estaba dentro de un laboratorio. Algunas mesas estaban llenas de ordenadores y carpetas, otras tenían instrumental de laboratorio y gran cantidad de productos químicos embotellados y otras tenían diversos instrumentos parecidos a los utilizados en muchas especialidades médicas. Las estanterías, altas y abundantes, contenían todo tipo de frascos, cajas, libros, aparatos y material diverso. Al fondo de las instalaciones podía ver varios tubos con cuerpos aparentemente humanos sumergidos en un líquido verdoso. Su despertar fue acompañado por dos pensamientos: uno era el hecho de que si era cierto lo que dijeron los Neo-Nómadas de que cada uno se quedaría con uno de los chicos, estaba claro que su oponente sería el doctor Karistus a juzgar por las instalaciones. El otro pensamiento fue la frase de Yamiyuki, el momento en el que dijo que los Mazoku "lo habían vuelto a hacer". ¿A qué se referiría? No tuvo mucho tiempo para pensárselo, pues no tardó en oír pasos acercándose a él. Su intuición era tan aguda como sus sentidos: el doctor Karistus había llegado. Vestía una camisa roja, unos pantalones negros, zapatos marrones y una bata blanca de laboratorio. El pelo caía suelto por sus hombros.
Vaya, vaya...-dijo el científico-...el perro de los Taimanin ha despertado.
Ni tú ni los de tu calaña tenéis derecho a llamarme así.-se limitó a responder Inuhito.
¿No?-preguntó Karistus con sorna-Entonces, ¿quién puede llamarte "perro"? ¿Tus amiguitos del alma?
Haz el favor de tragar varios litros de lejía antes de mentar a mis amigos, chiflado.-le espetó el Taimanin.
Oh, vamos, mírate...-respondió el Mazoku-...estás a cuatro patas, como el perro que eres. Además, no puedes moverte... ¿qué vas a hacer? Los perros como tú sólo ladráis...
Créeme cuando te digo que estás equivocado...-respondió Inuhito con aire amenazador mientras intentaba soltarse.
Aquellas estructuras eran imposibles de burlar. Sus manos y sus pies estaban tan atascados en ellas como si los hubiera introducido en cemento fresco y éste hubiera fraguado.
Te aconsejo que dejes de intentarlo.-le explicó el doctor-No vas a poder escapar del dominio de estas trampas. Han sido especialmente diseñadas para la retención de presas difíciles...
Ya, claro.-respondió el Taimanin-Y, ¿qué quieres que haga? ¿Que me quede aquí aguantando lo que quieras hacerme? Venga ya...
¡Por supuesto!-respondió Karistus con una sonrisa-Te voy a contar unas cuantas cosas interesantes...como, por ejemplo, el poder especial que poseo.
Me importa un comino, tío.-Inuhito negó con la cabeza-¿Tanto miedo me tienes que no te atreves a enfrentarte a mí como desde siempre se ha hecho?
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Taimanin Yamiyuki [Yaoi / BL]
ActionTokyo…la que en su día fue una próspera ciudad. En la actualidad, se encuentra sumida en un ponzoñoso mar de maldad, corrupción y juegos sucios y peligrosos. De los mismísimos infiernos llegaron criaturas malvadas, demonios y monstruos, tan variopin...