Episodio 43: Asedio al paraíso

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Rayaba el alba. En el hotel Rakuen, los militares de Estados Unidos habían conseguido resguardarse y desansar después de una noche llena de problemas e infortunios tras su encarnizada batalla contra los Taimanin. Todos estaban durmiendo, salvo el duro e implacable estratega e impositor disciplinario Grant Steeler. Sus planes eran muy claros: ya llevaba su uniforme puesto y tenía una tarea que cumplir de buena mañana. Con absoluto sigilo, entró bastón en mano en la habitación de James, su líder, y cerró la puerta tras de sí. Sabía que, por costumbre, James siempre tenía una botella grande de agua en la mesa de su cuarto y un vaso al lado listo para ser utilizado. Aprovechó estratégicamente aquella circunstancia: vertió agua en el vaso hasta llenarlo a algo más de la mitad y, tras ello, sacó de su bolsillo unas pastillas que dejó caer en el agua. Acto seguido, agarró el vaso y se acercó a su compañero, que estaba dormido.  Era un chico poco tolerante al calor, por lo que no le extrañó encontrar todo el juego de cama desperdigado por el colchón, quedando completamente destapado. Dormía en bóxers, con una camiseta blanca en la parte de arriba que se transparentaba parcialmente por todo lo que había sudado mientras dormía. Solía tomar su ducha diaria antes del desayuno porque siempre sudaba mucho al dormir. Grant pudo notar su olor, natural y masculino pero algo agresivo debido al sudor de toda una noche.

Pronto vas a sudar con motivos...-pensó el estratega.

Con cautela, agarró la cara de su compañero, obligándole a abrir medianamente la boca sin llegar a despertarlo. Acto seguido, vertió sin miramientos el agua con las pastillas a través de la comisura de sus labios. James comenzó a atosigarse y a patalear para levantarse pero, antes de poder escupir, Grant le apretó con las manos en puntos estratégicos para obligarle a tragar.

¡DIOS!-jadeó James-¿Qué demonios ha sido eso? ¿Grant? ¿Qué haces aquí?

Soldado Steeler.-dijo Grant agarrando el bastón con una mano y golpeándose la otra con él levemente a modo amenazador.

¿Ya de buena mañana?-preguntó James-Sé que ayer me pasé contigo, pero creo que la broma pesada de obligarme a beber agua dormido es demasiado pueril. No me esperaba esto de...

¿Broma pesada?-lo cortó el castigador-¿De qué estás hablando? No quería que bebieras agua exactamente...

James clavó sus ojos en el que un día fue su mejor amigo.

Steel...no, Grant...-se corrigió James-... ¿me has echado algo en el agua?

Pronto sabrás la respuesta.-dijo Grant con una sonrisa sádica.

El líder de la avanzadilla militar comenzó a sentir calor. Estaba sudado por haber dormido toda la noche en una cama tan abrigada, pero aquel calor no era normal. Algo estaba controlándolo por dentro. Su frente comenzó a humedecerse a causa de su cabello apelmazado por una noche llena de vueltas en la cama y sudor.

¿Tienes calor, soldado Silver?-preguntó Grant-Me aseguraré de dejarte tan calentito esta mañana que no volverás a insubordinarte nunca más. Ayer te extralimitaste, me faltaste el respeto en dos ocasiones y no supiste parar la indisciplinada riña de Delacroix y Fitzgerald. Mi cometido es castigarte.

James sintió que la tela de sus calzoncillos, blancos con cuadros azules, se tensaba. Una fuerte erección comenzaba a asomarse. El chico solía despertarse flácido porque dormía pocas horas y su trabajo era bastante estresante, lo cual hizo que aquel estado de erección le sorprendiera. Grant soltó una risotada.

Taimanin Yamiyuki [Yaoi / BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora