Recomendación: Halsey-Bells in Santa Fe.
Narrador omnisciente.
El lúgubre ambiente que envolvía a la familia Myoui cada vez estaba siendo menos manejables para los integrantes de la familia. Luego de que la Duquesa y el menor de los hijos varones del Duque junto con los sirvientes hubiesen abandonado la residencia, el silencio no tardó en reinar en el gran palacio Ducal. Ya no se oían voces alrededor de los pasillos, no se escuchaba el caminar de la gente, ni siquiera el jadeo de los caballeros ante su duro entrenamiento, mucho menos el golpeteo de sus espadas chocando entre sí. En sí, no había sonido que indicara que el Ducado se encontraba con vida. Al día siguiente de que la Duquesa decidiera marcharse del lugar, Akira no dudó en encerrarse en su despacho incapaz de poder ir a su propia habitación o a la de su hija para buscar algún tipo de consuelo. El hombre suspiró, lo había comprendido, entendió que de un momento a otro la familia que había formado con mucho esfuerzo simplemente se derrumbó frente a sus ojos; primero perdió a su pequeño retoño, luego perdió a su esposa y finalmente otro de sus tan amados hijos. Se quedó completamente solo, con los simples recuerdos desvaneciéndose lentamente de sus manos como la arena deslizándose a través de sus dedos. Se sentía como si estuviese agarrando agua con las manos desnudas, en sí, no importaba cuánto lo intentara, cuanto esfuerzo ejerciera en ello, esta, tarde o temprano se terminaría por deslizar sobre su piel hasta dejarlo sin nada que beber. La cabecilla de la familia al entender que la gente que amaba jamás regresaría, no pudo evitar el romperse en el interior de aquella fría y desolada habitación. Lloró con fuerza, fue un sonido cargado de dolor, lleno de angustia y desesperación. Lloró como nunca en su vida lo había hecho, ni siquiera cuando había visto a sus camaradas caer muertos a su alrededor. Jadeante se llevó las manos al rostro, esto no estaba siendo suficiente, las lágrimas no lo estaban haciendo sentir mejor así que decidió gritar con el alma desgarrada, con la garganta llameante y el pecho comprimido. Estaba furioso; él se estaba volviendo loco, y no había forma de poder encontrar aquel anhelado consuelo aun cuando se estaba esforzando por ello.
Nadie se atrevió a estar siquiera cerca de su despecho. En sí, no había necesidad de hacerlo ya que se podía oír a metros de distancia cuan doloroso era su llanto.
Le tomó una semana lograr entrar en razón.
Durante todo ese tiempo no había probado nada de bocado aun cuando Sana se encargó de dejar las tres comidas diarias detrás de la puerta. Sinceramente, con suerte se las arregló para ir al baño, pero era tan limitado que ni siquiera una ducha había llegado a recibir su delgado cuerpo. Se veía patético, y en verdad, se sentía de esa forma. Hyunjin, el único hijo presente en el Ducado y ante la muerte de su hermana el nuevo heredero de la casa no estaba contento con las decisiones que su padre había tomado bajo la influencia de la tristeza y desesperación, así que no tardó en ingresar en el despacho del mayor luego de estar siete días continuos escuchándolo llorar como un niño pequeño que acababa de perder a su mamá. Francamente, no pudo sentirse sorprendido con lo que tenía frente a él, en realidad, ni siquiera estaba molesto... en estos momentos, él solo estaba cansado de todo esto. No hizo comentarios con respecto a la apariencia que su padre estaba dejando expuesta, simplemente se quedó en silencio con sus ojos fijos en la forma en que su padre estaba recostado sobre su amplio escritorio con los papeles esparcidos alrededor de la mesa y sus pies descalzos. Le dio un rápido vistazo a su alrededor; la habitación era un completo desastre y el olor a encierro no tardó en abofetear sus fosas nasales. Decidió acercarse. Con calma caminó donde el mayor hasta lograr posar sus amplias manos sobre la mesa. El Duque no reaccionó, a pesar de que era evidente su presencia, él no parecía estar realmente interesado por ella.
Los dedos de Hyunjin se tensaron a la vez que el suspiro se deslizaba de sus labios. La verdad es que el chico no sabía que pensar de las imprudentes acciones que estaba cometiendo su padre, en sí, comprender que se habia convertido en un ser patético fue bastante shockeante para él, ya que desde que tenía memoria siempre lo había visto como alguien a quién debía llegar a alcanzar, y quién sabe, quizás, algún día lograría tener la suerte de llegar a superar, pero ahora, con lo que había visto, ni siquiera sabía como debía reaccionar al respecto. El chico se sentía como si acabase de perder por completo la fe en su padre. Continuó sin poder pronunciar palabras, sentía que estas estaban atrapadas en su garganta así que simplemente decidió encorvar sus hombros dejando su cabeza agachada. Su cabello rubio no tardó en caer libremente por su frente, lo tenía más largo de lo normal, quizás, era momento de cortarlo, pero sabía que el hacerlo conllevaría a tener que superar la etapa que estaba viviendo, y en verdad, no estaba del todo seguro si realmente quería aceptar que su familia se había destruido por completo y que ahora el título de Duque estaba en sus manos. Rápidamente la ira brotó de su cuerpo, está la estuvo suprimiendo desde el momento que supo que su hermana menor había fallecido. Escondió lo que realmente había sentido al oír la noticia porque sabía que su padre volvería a golpearlo si trataba de perder el control, y en sí, no es que le importarse recibir nuevamente un golpe por parte del mayor, pero era consciente de que las cosas no se solucionarían de esa manera. Impulsivamente se mordió el labio inferior ante los sentimientos que lo abrumaban. Luego de lo sucedido con Mina, la noticia de que se había comprometido con la princesa no tardó en llegar a sus oídos por boca de la misma princesa, en verdad, no iba a negar el hecho de que saber eso revolvió su estómago.
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The Return Of The Villain [II]
FanfictionLuego de que Mina hubiese sido considerada oficialmente fallecida, el Duque apoyó completamente a la princesa Nayeon en espera de poder conseguir su tan anhelada venganza, sin saber que su hija se encontraba al otro lado del reino haciendo todo lo p...