Las apariencias engañan

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Recomendación: Stay / Ari Abdul. 

Pov: Bom.

Me quedé en un completo silencio con mis manos fijas sobre el plano estómago de mi salvador sintiendo como la sangre continuaba filtrándose sin parar a través de mis dedos aún cuando yo había vertido una gran cantidad de maná en un vano intento por curar sus lesiones, ¿Por qué no huiste? me cuestioné tratando de entender cuál fue la razón real que hizo que este tonto humano hubiese preferido el usar su cuerpo como escudo con tal de protegerme en vez de simplemente huir como lo haría cualquier otra persona que se ve en peligro, ¿Por qué te quedate? y quería que él me respondiera, que me explicara el motivo que lo empujó a tener que quedarse cuidando de mi hasta que mi núcleo hubiese estado completamente estabilizado, ¿Qué era lo que estaba pretendiendo hacer? tenía demasiadas dudas flotando en el interior de mi mente, y lo peor de todo esto es que no parecía que él estuviese dispuesto en aclararlas. Suspiré sintiendo como mis ojos ardían, ¿Por qué me preocupo por ti? me pregunté manteniendo mi mirada fijos en la forma en que la sangre seguía filtrándose por debajo de su máscara como si la misma reacción de su cuerpo me estuviese advertimiento que no había nada más que yo pudiese hacer por él. Su cuerpo estaba destruido, en sí, era un simple milagro que aún estuviese respirando. Por impulso apreté los dientes mientras que escuchaba de fondo como mis compañeros comenzaban a acercarse, no puedes morir... no puedes dejarme con esta carga, supliqué a la vez que rompía parte de la flecha sin sacarla por completo. Yo era plenamente consciente de que mi maná aún no estaba del todo recuperado como para poder hacer las cosas por mi cuenta, así que dejé la flecha en su sitio sabiendo que necesitaba que la Santa Anciana le diera un vistazo; ella era el ser más poderoso que la villa élfica poseía con respecto a la magia curativa, era la única con las capacidades suficientes para curar todo tipo y gravedad de heridas, así que sabía que ella podría arreglar el desastre que había quedado en su oreja y lo poco de hombro que aún mantenía, por favor... aguanta un poco más, pedí sabiendo que no podría cargar con la culpa que sentiría si él llegaba a morir frente a mi.

A pesar de que no miré hacia atrás, fácilmente pude sentir como los chicos se detenían a los pies de donde yo me encontraba, ninguno de los presentes emitió palabras al respecto, en un completo silencio se mantuvieron observando la desesperación con la que estaba tratando de mantener a mi salvador con mi vida como si estuvieran juzgando las acciones que yo cometía, a pesar de que no estaban hablando y que aparentaban tranquilidad, yo sabía perfectamente cual había sido la decisión que habían tomado como equipo. Sus pesadas respiraciones resonando en el vasto bosque daban la sensación de estar tranquilos, hasta se podría decir que confundidos, pero no había necesidad de que mintieran con tanto descaro; ellos no eran capaces de ocultar su instinto asesino, querían al humano muerto, deseaban perforar su corazón o desprender su cabeza de su cuello, pero yo no iba a permitir que eso sucediera, no en mi maldita presencia. 

Mis hombros se tensaron en el instante que oí como los arcos crujían junto con el tenso sonido de sus cuerdas entre sus dedos, aquel característico sonido me indicó que estaban a punto de acabar con la poca vida que le quedaba a mi salvador. Antes de que ellos tuviesen el tiempo suficiente de poder realizar su ataque, decidí subirme sobre las caderas del humano usando mi propio cuerpo como si de un escudo se tratase. Francamente, no hubo ningún tipo de duda que danzara sobre mi cabeza al momento de realizar mi acción, no temía recibir una flecha, ni sentir el odio que desprendía intencional o no de sus cuerpos, porque sabía que ellos no serían capaces de atacar si yo estaba en medio. No dejaré que te lastimen... no volveré a permitir que te hagan eso, afirmé recordando frescamente la forma en que lo había encontrado. Sinceramente, aun me sorprendía la tenacidad que había demostrado poseer a la hora de estar en pie, no recordaba mucho como fue el ataque, el dolor que causó el ingreso de mi maná me aturdió lo suficiente como para poder prestarle atención a mi alrededor, pero por el impacto en su hombro supuse que había sido obra de Yixing ya que él era el mejor arquero que la villa élfica poseía y el único capaz de hacer ese tipo de daño, eres un humano muy extraño, pensé posando mis ojos en su oscura máscara notando como la sangre se filtraba por las pequeñas grietas que resaltaba, ¿Cómo le hiciste? me cuestioné sin importarme el escuchar los gruñidos de frustración por los demás elfos, ¿Cómo pudiste estar en pie con toda la sangre que habías perdidos?, de cierta manera, era fascinante notar lo que el cuerpo humano podía llegar a hacer si es que tenían una buena voluntad. 

The Return Of The Villain [II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora