¿Quieres Hablar De Ello?

540 114 152
                                    

Recomendación: Fleuri - Hurts Like Hell.

Pov: Im Nayeon.

En el momento que abrí los ojos lo primero que pude notar fueron las blancas nubes que danzaban suavemente por el mar azulado proveniente del cielo. En silencio me erguí sintiendo el suave del césped acariciando a través de mis dedos mientras que el frescor de las hojas de los árboles se adentraban en mis fosas nasales. Sinceramente no sabía dónde estaba, pero el lugar en sí me transmitía calidez, así que no le di mayor importancia. Con calma me terminé de levantar sintiendo la forma en que el viento soplaba tranquilamente sobre mi cuerpo avisándome que prontamente iban a bajar las temperaturas. De forma instintiva me abracé el torso notando como este estaba siendo cubierto por un bonito vestido de flores amarillas. No recordaba donde lo había sacado. 

Mi cuerpo rápidamente se tensó, en el momento que noté, desde la lejanía un conocido cuerpo esbelto y esa larga cabellera rubia danzando ante el frescor del viento. Sin siquiera dudarlo comencé a caminar hacia su dirección queriendo asegurarme de que realmente estuviese en lo correcto. 

Cada paso que daba comenzaba la brisa a volverse más violenta, como si el mismo clima me estuviera advirtiendo que no continuara caminando, pero no podía quedarme así, no podría vivir sin saber si realmente era ella. El viento sopló con violencia, así que instintivamente me llevé una de mis manos hacia mi cabeza agarrando entre mis dedos el sombrero que reposaba sobre mi coronilla, para que este no llegara a volarse, mientras que lograba divisar desde la lejanía como Mina estaba de pie al borde del acantilado con un bonito traje azul característico del Ducado. A simple vista parecía estar en silencio observando con calma los hechizos que explotaban en el aire, como si no tuviese ningún tipo de preocupación por su alrededor. Sin siquiera darme cuenta cómo era posible, la noche ya había caído sobre nuestros cuerpos, y la luna danzaba tranquilamente sobre nuestras cabezas mientras que los hechizos explotando iluminaban a cada segundo nuestros cuerpos. Mi corazón no tardó en agitarse ante la emoción desbordante que estaba sintiendo al comprender que no habia estado equivocada; nuevamente ella estaría frente a mi. Sonreí por impulso a la vez que el jadeo se desprendió de mis labios ante el mismo cansancio que se apoderaba de mi cuerpo. 

La emoción de tenerla junto a mi se inyectó en el interior de mi cuerpo provocando que mis manos comenzaran a temblar, acompañado por la forma en que, a base de tropezones hice todo lo posible por llegar a donde ella estaba. No tardé en sentir la forma en que mi pecho se apretaba y mi garganta se secaba. Minari... pensé sintiendo el calor envuelto en mis mejillas. De forma jadeante continué subiendo sintiendo que cada vez estaba más lejos de ella. Frustrada apreté mis labios a la vez que me inclinaba haciendo todo lo posible por poder moverme con la mayor rapidez posible. Está ahí, pensé estirando impulsivamente mis manos en un vano intento por poder tocarla. Solo un poco más, me animé mientras que movía mis dedos en un desesperado intento por alcanzarla. Solo dejame verla una vez más, solo una vez más, supliqué a la vez que mis piernas se debilitaban. 

No tardé en sentir mis rodillas hundiéndose en el suelo mientras que la humedad propia de la tierra y césped se impregnaban en mi vestido. Rápidamente mi cuerpo comenzó a temblar al comprender que no importaba cuánto me esforzara, cuanto lo intentara; ella seguiría estando lejos de mi. Sinceramente, estaba irritada. Me frustraba demasiado el no entender por qué razón las cosas se habían complicado hasta este nivel. En realidad, ni siquiera entendía el motivo del por qué la perdí en primer lugar, ¿Realmente fue culpa de mi padre? me cuestioné sintiendo los ojos arder, ¿Acaso fue mi propia debilidad la que la mató? indagué en mi mente en busca de respuestas, ¿O ella lo hizo por otra razón? no lo creía, pero no podía evitar el pensar en esa posibilidad. Furiosa por mis propios pensamientos no pude evitar el apretar mis dientes entre sí, ¿Por qué era tan difícil? ¿Por qué no podía tenerla junto a mi? me cuestioné sintiendo como mis ojos comenzaban a picar. No... no te atrevas, pensé llevando mi mano en dirección de mi rostro. No iba a llorar, me había hecho una promesa, y si quería darle paz a la muerte de mi prometida, entonces me debía asegurar de cumplir mi propia palabra. Cuando me aseguré de haber impedido cualquier intento de llanto por mi parte, tomé la decisión de presionar ambas manos contra el suelo dispuesta en volver a ponerme de pie, con tal de conseguir tocar a mi prometida. 

The Return Of The Villain [II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora