The Return Of The Villain [II]

Frustración

Recomendación: Bella Poarch – Dolls Kill.

Pov: Myoui Mina.

Después de que Bom hubiese decidido romperse frente a mis ojos, exponiendo tan genuinamente cada una de sus preocupaciones, el tema con respecto a mis acciones suicidas no volvió a salir a flote, esto debido a que Bom no se atrevió a volver a conversarlo, posiblemente ante el temor de recibir una respuesta que no fuese de su agrado. Francamente, agradecía que ella no quisiese retomar aquella conversación porque yo realmente no estaba aun preparada para verla nuevamente en aquel deplorable estado. Por mero impulso tragué saliva mientras que me llevaba los dedos contra mi rostro tratando de poder olvidar aquella imagen, pero mi cabeza simplemente se negaba a deja ir la expresión dolorosa que Bom realizó mientras que sus palabras de que por favor me cuidara golpeaba brutalmente en el interior de mis pensamientos. Se veía tan frágil, tan pequeña, que el hecho de ser consciente que yo estaba causando aquel malestar me hizo sentir miserable.

Para mi grata sorpresa los días posteriores a la conversación con Bom transcurrieron lo suficientemente rápido y tranquilo para lograr que mi recuperación fuese un completo éxito. No está de más aclarar que la Santa Élfica casi me arranca la cabeza tras enterarse de que me había puesto de pie el mismo día en que había despertado. Sinceramente, a lo largo de mi vida como militar había llegado a ver distintas tipos de rabia en distintas personas, sabía que podía sacar ese sentimiento en las personas sin gran esfuerzo, pero esta había sido la primera vez que veía una furia tan genuina emanando de sus ojos; no sería una exageración afirmar que ella no hubiese dudado en matarme si no fuese porque estaba casada con Bom. A pesar de que realmente no me lastimó, la anciana se encargó en mantenerse en un silencio sepulcral cada vez que venía a curarme, las primeras veces no le di mayor importancia, estaba acostumbrada al silencio, lo que no esperaba es que Bom también se uniese a ella. El silencio en la habitación se volvía incomodo cada vez que las tres estábamos en el interior.

Francamente, no tengo nada de que quejarme con respecto al tratamiento recibido por la Santa élfica, sinceramente me sorprendió el hecho de que pudiese curar el desastre que mi cuerpo se había vuelto después de la pelea con los orcos, porque no voy a negar el hecho de que me sorprendió notar el estado de mi cuerpo tras quitarme las vendas, se podía ver mi carne tratando de unirse en la zona del esternón, mi cuerpo entero había quedado lleno de cicatrices, algunas pequeñas o tras no tanto, pero no había ni un pedazo de piel libre de marcas; se sentía nostálgico.

Solo después de ver mi cuerpo entendí el sufrimiento de Bom.

—He traído varias pociones—tras escucharlo rápidamente giré mi rostro observando desde la lejanía como el Anciano Jeonsa se mantenía tranquilamente cerrando las puertas—... ya no más excusas, Sharon.

Ah sí, olvidé comentar que, como mi recuperación había terminado, Jeonsa no dudó en invadir mi habitación tomándome de la solapa de mi camiseta para comenzar a arrastrarme en dirección de lo que sería mi entrenamiento a puertas cerradas impidiendo que, tanto Bom como cualquier otro curioso pudiese observar lo que él me estaría enseñando quizás por cuanto tiempo.

No está de más decir que, el joven príncipe Jinyoung trató de persuadirlo, él más que cualquier otra persona quería participar del entrenamiento como si sintiese cierta rivalidad por mi presencia, si debo ser sincera, por un momento realmente creí que el anciano cedería, al fin y al cabo, era su único nieto varón quién le estaba pidiendo el favor, pero para mi sorpresa el hombre simplemente rechazó cualquier intento por el contrario de ingresar en el interior del gimnasio. No pude evitar el sentirme inquieta. Decidí quedarme en un completo silencio observando de forma atenta como él se giraba permitiendo que sus fríos ojos verde se encontraran directamente con mi tranquila expresión. A simple vista el mayor parecía molesto, quizás debido porque había lastimado a su nieta, o tal vez, simplemente estaba molesto ante mi patético intento de héroe que retrasó el entrenamiento.