Está aquí

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Pov: Myoui Mina.

Rápidamente pude sentir la manera en que mi corazón se paralizó en el interior de mi pecho en compañía de la violencia con la que mis pulmones habían decidido estrujarse al ingresar en la zona de batalla, tras comprender que no había manera de cruzar por el basto campo sobre mi caballo sin exponerme a ser asesinada por el enemigo, decidí tan solo descender del lomo del animal haciendo mi mejor esfuerzo por ignorar la forma en que mis manos sin siquiera avisar comenzaban a sacudirse netamente por culpa de los malos recuerdos que esta situación en sí, generaba en mi cuerpo, de forma brusca entrecerré mis párpados en el momento en que sentí como la brisa propia del lugar no tardaba en levantar el polvo del suelo mientras que el olor a sangre tanto fresca como seca se mezclaba con el aroma de los árboles, esto... es repugnante, pensé llevando instintivamente mi antebrazo izquierdo contra mis fosas nasales tratando-en vano-, de filtrar el olor con ayuda de mi propia ropa. Francamente, las cosas se veían peor de lo que había imaginado, el lugar no parecía tener nada de vida, el suelo donde debería estar el césped, ahora solo era un montón de tierra mezclada con las pisadas propias de los animales que los caballeros habían llevado consigo para traer todo lo necesario para la guerra con el reino vecino, tal parece, que estaba frente a una batalla ya terminada, ya que aún quedaban restos de cuerpos varados por el lugar, quiero creer que pertenecientes a los enemigos mientras que los cuervos, animales en sí carroñeros, junto con los buitres, no dudaban en comer las partes que aún conservaban carne de los ya fallecido.

Aun cuando a lo largo de mi vida anterior la muerte siempre estuvo presente en ella, el observar la cantidad de fallecidos que ya hacen en el suelo y saber que eran seres queridos que jamás volverían a ver sus familias, me hacía sentir miserable, porque había un hijo, una hija, una madre, un padre, una esposa, un esposo, un amigo, una amiga que jamás podrá volver a verlos, que ni siquiera podrá velar su cuerpo como correspondía... simplemente, odiaba la guerra, odiaba tanto esta maldita situación que no podía entender como los humanos eran capaces de seguir haciendo este tipo de cosas sin sentir remordimiento alguno. No lo soportaba, quizás porque en el fondo era consciente que esto era causa de mi propia existencia.

¿Siquiera estoy segura de haber podido cambiar algo?, y sabía que era un completa estupidez el cuestionarme esto, era consciente de que no podía retroceder el tiempo por mucho que desease el poder hacerlo, así que debía aceptar de una buena vez que la guerra ya había iniciado y que ahora solo tenía que encargarme de que las muertes de todos estos caballeros no sean consideradas como en vano. Rápidamente tomé una buena bocanada de aire al mismo tiempo en que, con cierta brusquedad tiraba de las riendas del caballo tratando de hacer que camine lo más rápido que pueda antes de que el enemigo decida nuevamente atacar.

Continué con mi camino hasta que logré visibilizar desde la lejanía un par de tiendas de campañas, por mero instinto me detuve junto con el animal que estaba guiando. En un completo silencio entrecerré mis parpados mientras que llevaba mi palma contra mi frente tratando de proteger mi vista de los tenues rayos del sol que comenzaban a visibilizarse a través de las montañas, ¿Quiénes son?, me cuestioné tratando de buscar la bandera enemigo, para mi sorpresa rápidamente pude notar el enorme escudo envuelto en una de las tantas banderas que flameaba sobre las copas de las tiendas: se trataba del escudo del Ducado, lo que indicaba que estábamos en territorio seguro. ¿Quién fue el responsable de instalarse tan cerca de los muertos?, no pude evitar el preguntarme quién había sido el susodicho que tuvo tanto estomago para decidir acampar en las mismas tierras donde sus enemigos fallecieron sin sentir repulsión de sus propios actos, ¿Quién tiene estas agallas?, ¿Acaso querían demostrar su poder?, hice lo mejor que pude para tratar de encontrar una respuesta a mis propias preguntas, pero aun cuando las dudas me carcomían, sabia que ni el Duque, mucho menos la Duquesa eran la clase de persona que disfrutaba causar este tipo de dolor, pero claro, estaba hablando también de las mismas personas que prefirieron sacrificar una nación entera con tal de lograr que este monstruo naciera.

The Return Of The Villain [II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora