Adelantos

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Recomendación: Billie Eilish - you should see me in a crown

Narrador omnisciente.

—¡Den la bienvenida a la princesa heredera!

El sonido de las sillas siendo bruscamente arrastradas hacia atrás no tardó en resonar en el interior de la amplia habitación. Los nobles tras escuchar quién era la persona que estaba a punto de ingresar no dudaron en colocarse de pie en señal de respeto con sus ojos completamente enfocados en la manera en que las grandes puertas de mármol habían comenzado a abrirse permitiendo que un bello rostro femenino acapara por completo la atención de los demás integrantes con aquellos ojos dorados tan preciosos que inevitablemente deseabas codiciar; a pesar de que poseía una belleza digna de ser retratada, no se comparaba con el aura que transmitía su cuerpo, simplemente no podías evitar el admirarla, al punto de llegar a sentir una necesidad desesperante de querer arrodillarte frente a sus pies cada vez que hacía presencia. Como era de imaginarse, nadie realmente se atrevió a alzar la voz en el instante que las orbes de la mujer se deslizó momentáneamente en cada uno de los rostros de los nobles, los analizó en silencio, haciendo su mejor esfuerzo por no demostrar el aburrimiento que le causaba el estar perdiendo su tiempo en el interior de aquellas cuatro paredes.

Durante los primeros segundos lo único que se podía escuchar en el interior de la habitación era el sonido de las pesadas respiraciones propias de cada uno de los hombros haciendo ecos en su interior. Tal parece, que estaban ansiosos por la llegada de la princesa. Rápidamente el sonido fue acoplado por el caminar de la pelinegra, se podía escuchar el suave rebote de sus tacones chocando una y otra vez contra las baldosas del suelo logrando con bastante facilidad que más de algún individuo tuviese que mover sus hombros en un vano intento por disipar su piel erizada.

Im Nayeon había ingresado en el cuarto.

La verdad, es que la muchacha ni siquiera se tomó la molestia de tratar de saludar, ella... muy en el fondo era consciente de que ninguno de los individuos presentes merecía verdaderamente obtener ese tipo de interacción, menos por su parte, así que simplemente se dedicó a caminar en su interior, desfilando a través de sus miradas llenas de curiosidad y codicia.

Aun cuando ella poseía más poder que cualquiera de los hombres que estaban en el interior de la habitación, ellos seguían demostrando su asqueroso deseo de querer poseerla. Se sentía asqueada, pero hizo su mejor esfuerzo para mantener la calma, siendo consciente que cualquiera de sus guardias no dudaría en decapitarlos y ella no debía permitir ese tipo de situaciones, no por lo menos dentro del palacio.

La princesa continuó desfilando en el interior de la habitación con ese precioso vestido color vino ceñido a su delgada cintura permitiendo que el dorado de su mirada se intensificara ante el contraste. Ella no detuvo por ningún motivo su caminar permitiendo que el negro carbonizado de su largo cabello se deslizara por sus hombros cayendo libremente hacia su estrecha espalda dándole aquel aspecto de ser delicada tratando de sobrevivir como una flor en plena densa vegetación, o ese era lo que ellos querían pensar al verla caminar hacia su asiento, porque muy en el fondo simplemente no podían aceptar que una mujer estuviese a punto de apoderarse del trono, necesitaban ver algo en ella que la hiciese dependiente de un hombre, que los obligase a pensar que ella no podría hacer el trabajo sin su ayuda; estaban teniendo un pensamiento bastante descarado. Junto a la princesa Hyeon, Hwan, Jungkook, Jackson, Yun y Felix no dudaron en seguirle el paso asegurándose de que nada ni nadie pudiese lastimarla mientras que, cada uno estaba vestido con un traje completamente negro con pequeñas joyerías doradas ceñidas a sus fornidos cuerpos dándoles un aspecto intimidante. A simple vista y por la manera dura en que sus expresiones se estaban manifestando era más que evidente el hecho de que todo rastro de infantilismo e inmadurez que alguna vez llegaron a expresar ahora se había borrado con totalidad de sus personalidades. Los caballeros de la princesa habían madurado, la gran mayoría lo tuvo que hacer a la mala, los demás netamente por deseos de querer mejorar, francamente, ya no importaba el motivo real del por qué habían cambiado, lo único importante acá es que ellos habían conseguido crear su mejor versión.

The Return Of The Villain [II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora