Rendirse no es una opción

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Recomendación: CHRIS GREY - DANGEROUS GAME

Narrador omnisciente.

Mientras que el Duque se mantuvo encargado de crear conexiones fiables en el interior de la Capital asegurándose, claramente, de que el Rey no tuviese ni la más mínima sospecha de una posible revolución por su parte, la joven princesa Nayeon estuvo haciendo su mejor esfuerzo por lograr cumplir con cada una de las tareas brindadas por el Duque queriendo terminar lo más pronto y satisfactoriamente posible para así poder comenzar con su tan anhelada venganza. Por el momento, la joven pelinegra lo estaba haciendo bastante bien, aunque claro, aun le faltaba demasiado para poder acabar con todo lo que el Duque le había ordenado, pero por lo menos, gracias a la exhaustiva charla con Hyeon llegó a la conclusión de que lo mejor sería que aceptase de una buena vez la jugosa oferta dada por la profesora Lee Yoomi.

Aun cuando la idea no le gustase, Nayeon sabía perfectamente que, la única manera de conseguir la salida de la Academia en el plazo estipulado por el Duque sería a través del basto conocimiento que tanto la profesora Lee junto con los profesores serían capaz de brindarle, pero para poder conseguir lo que tanto anhelaba debía esforzarse, quizás más, que cualquier otra persona, realmente Nayeon no tenía tiempo para quejarse, no podía siquiera decir que no, porque en el fondo era consciente que sería un día perdido, un día donde las preguntas; ¿Qué sucedió? ¿Quién la mató? ¿Por qué ir tras ella?, no podrían ser respondidas. A pesar de que, de momento solo la profesora Lee sabía más o menos que tipo de núcleo Nayeon manejaba, la chica sabía que, solo sería cuestión de tiempo para que otro profesor estuviese interesado en su poder, aunque claro, si eso no llegaba a suceder, ella no dudaría en ir tras ellos.

En el fondo, Nayeon no podía evitar el sentirse asustada por todo lo que se le avecinaba, al fin y al cabo, dentro de la Academia solo podía confiar en Hyeon quién, a base de juramento seguía estando fielmente a su lado. La chica se quedó en silencio con sus ojos dorados perdidos en sus delgadas manos, a pesar de estar experimentado aquel desagradable sentimiento de impotencia sabía que no tenía más opciones que aventurarse ante lo desconocido; aquella era la única alternativa que tenía de poder conseguir lo que tanto estaba anhelando obtener.

Poder.

¿Por qué era tan complicado obtener algo tan simple como el poder?, Nayeon realmente no era capaz de poder entenderlo, mucho menos lo podría comprender Hyeon quién generalmente se la pasaba en su mundo con aquellos ojos color miel perdidos en sus profundos pensamientos autodestructivos. Durante la mayor parte del tiempo el joven caballero se mantenía a un lado de Nayeon con sus dedos aferrándose en la pequeña joya que colgaba tranquilamente de su cuello siendo el único objeto que lo ayudaba a mantener la cordura. Aquella minúscula piedra había sido el primer y último regalo que Mina le dio específicamente a él, el único accesorio que él podía orgullosamente alardear de su propiedad. No está de más aclarar el hecho de que nadie tenía permitido el tocar su pequeño tesoro, francamente, Hyeon podría fácilmente asesinar a cualquier idiota que estuviese dispuesto en siquiera sugerir la idea de que sus sucias manos estuviesen envueltas en su collar.

Además de Nayeon, el regalo de Mina era la segunda cosa que él cuidadosamente cuidaba, dándole prioridad por encima de su propia salud.

A pesar de que el tema de Mina generalmente ambos trataban de no tocarlo, Nayeon al igual que su silencioso caballero terminó por volverse codiciosa con aquel pequeño obsequio que brillaba en uno de los dedos de sus manos, siendo el único objeto que permanecía envuelto sobre su piel; no importaba que estuviese haciendo, Nayeon por nada del mundo se lo quitaba, aun si alguien le exigía que lo hiciese, por que aquel pequeño anillo que debió convertirse como el principio de su plena felicidad, terminó siendo el único recordatorio de aquel fatídico día, era el objeto que la mantenía anclada a la rubia, el único material que constantemente le hacía recordar lo débil que fue, lo tonta e ingenua que fue al creer que podría lograrlo por sí misma.

The Return Of The Villain [II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora