Interacciones

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Pov: Myoui Mina.

De forma brusca amplié mis párpados al mismo tiempo en que tomaba una buena bocanada de aire tratando de llenar mis pulmones hasta su punto máximo. Decidí mantenerme en mi sitio sintiéndome genuinamente sorprendida al comprender que había perdido el conocimiento tras la violenta batalla que había mantenido contra los orcos, ¿Emma estará bien?, me pregunté mientras que me llevaba una de mis palmas contra mi rostro sintiendo como los huesos de mi torso reaccionaban, ¡Ugh!, me quejé deteniendo mi movimiento a mitad de mi rostro, esto duele, pensé quedándome completamente quieta. Me mantuve en un completo silencio notando como, por primera vez no me había encontrado con la dueña original de este cuerpo, por primera vez desde mi llegada no estaba siendo capaz de recordar el tiempo en que había quedado atrapada en la profundidad de mi propia mente, ¿Qué ha sucedido?, traté de pensar en que había ocurrido a la vez que alzaba mi mirada enfocando mi atención con cierta desconfianza en el blanquecino techo del lugar, ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?, y necesitaba desesperadamente algún tipo de respuesta.

Aun sabiendo que mi cuerpo no estaba para nada recuperado, hice mi mejor esfuerzo por tratar de incorporarme sintiendo con cierta sorpresa unos dedos aferrados a mi antebrazo derecho. Confundida giré mi rostro notando con cierta sorpresa aquella cabellera verdosa esparcida alrededor del colchón con su rostro adherido a mis dedos y su mano aferrándose completamente a mi muñeca vendada, impidiendo de esa manera cualquier intento por mi parte de abandonar la habitación, ¿Bom?, me cuestioné notando como ella no parecía estar consciente de que yo me había despertado. Por mero impulso estiré mi mano libre en dirección de su cabeza tratando de despertarla, pero antes de que las yemas de mis dedos fuesen capaces de rosar la suavidad de su cabello decidí quedarme quieta, sintiéndome incomoda por esta haciendo algo que, por lo general no sería capaz de hacer, ¿Qué me sucede?, me pregunté tratando de comprender por qué razón estaba actuando como lo haría con la princesa.

Ella no es Nayeon.

Incómoda por la comparación que había instintivamente realizado tomé la decisión de tratar de tirar de mi brazo deseando que no se despertarse: realmente necesitaba un tiempo para arreglar lo que evidentemente mi mente estaba tratando de cambiar, pero para mi mala suerte con solo un suave movimiento de contracción de mi extremidad, ella bruscamente se levantó con su cabello revuelto y sus ojos ansiosos buscando desesperadamente mi tranquilo rostro.

—... Buenos días—la saludé expresando con tranquilidad la incomodidad que envolvía mi anatomía, mientras que ella simplemente me siguió mirando.

Me quedé en un completo silencio observando de forma atenta la irritación esparcidas por debajo de sus ojos verdosos, demostrando de aquella manera lo mucho que había estado llorando, probablemente por culpa de mis propias acciones. Rápidamente mis hombros se tensaron al notar como su fina y delgada nariz se arrugaba acompañada por como sus cejas se fruncían deformando por completo la tranquilidad y sorpresa que algún momento su atractivo rostro había sido capaz de reflejar.

—¿B~Buenos días? —cuestionó ella mientras que, con brusquedad se colocaba de pie—¿Buenos días? ¿Realmente solo dirás eso?—preguntó al mismo tiempo en que yo podía ver como su pecho subía y bajaba con la suficiente fuerza para evidenciar su rabia.

Por impulso entreabrí los labios dispuesta en dar una vaga y muy mala excusa para tratar de justificar aquel repentino acto suicida que había cometido sin siquiera tomarme la molestia en cuestionarme como sería que ella reaccionaría al verme en aquella situación, pero al notar su expresión, llena de miedo y rabia, decidí simplemente agachar mi mirada, genuinamente avergonzada por haberle causado ese tipo de malestar.

The Return Of The Villain [II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora