The Return Of The Villain [II]

Volveré

Recomendación: Shameless - Camila Cabello

Pov: Myoui Mina.

Me quedé en un completo silencio sentada sobre el colchón con mi espalda adherida a las almohadas mientras que los suaves latidos de mi corazón llenaba el silencio de la habitación, la verdad es que las cosas no habían escalado más allá de los besos y uno que otro roce de nuestros cuerpos que aumentó exponencialmente la temperatura entre las dos, a pesar de que por un momento había creído que sería yo quién terminaría echándose para atrás, para mi sorpresa fue Nayeon quien, tras sentir como yo lentamente había introducido una de mis manos en el interior de su bata buscando atientas su calor corporal, no pudo continuar agarrando bruscamente de mi muñeca en señal de que yo me detuviera mientras que ese suave y casi lamentable losiento brotaba de su boca ahogándose en mi camiseta por culpa de su rostro enterrando en mi esternón. Era bastante evidente el hecho de que se sentía avergonzada, pero en verdad es que yo no entendía muy bien el porqué de eso, así que simplemente me recosté a su lado y ahí nos quedamos durante un par de minutos disfrutando del calor y la aroma que emanaban nuestros cuerpo tratando de recuperar, aunque fuese un poco del tiempo que habíamos perdido a lo largo de los años.

No debía llevar más de dos horas en el interior de la habitación de la princesa, estaba segura de ello, así que tan solo solté un suave suspiro deslizando mi mirada en dirección de la pelinegra notando como ella continuaba descansando a un costado de mi torso con su mano izquierda aferrándose posesivamente de mi cintura mientras que su rostro estaba cómodamente recostado sobre la almohada dándole un aspecto angelical, mi atención estuvo completamente fija en la forma en que había entreabierto aquellos suaves labios para permitir la salida y entrada de su respiración, es hermosa, igual o más hermosa de aquella joven versión que casi ya no era capaz de recordar con la misma frescura que los primeros años de su ausencia. Rápidamente mi cuerpo se tensó tras notar como había sonreído, ella me odiará... y no pude evitar recodar el hecho de que no podía quedarme a su lado, mucho menos en el interior del palacio sin transformarme en un peligro para mí misma o peor aún, para Nayeon.

Seguí en silencio sintiendo la fuerza con la que estaba latiendo mi corazón: él estaba abrumado, abrumado de comprender que nuevamente la debía dejar ir. La verdad es que no quería irme, no quería perder el calor que emanaba su cuerpo, quería estar a su lado, quería despertar escuchando un suave te amo de sus labios aun cuando muy en el fondo era consciente de que no me lo merecía, anhelaba el ser capaz de poder amarla con la misma libertad e intensidad con la que todo el mundo se amaba, quería vivir ese amor de adolescencia, ese apasionado amor de adolescencia que todo el mundo hablaba de que se sentía como una montaña rusa, quería salir de citas y hablar de cosas triviales sin tener que preocuparme de que la dueña original regresase y la lastimase, yo... yo tan solo quería ser una chica normal, pero no podía hacerlo, porque esta vida que ahora mismo estaba viviendo no me pertenecía, ni siquiera estaba en mi cuerpo real; no debía jamás olvidar que por mucho que lo intentara, siempre sería un vil reemplazo del monstro real. Por mero impulso me mordí mi labio inferior, la verdad es que había sido una tonta ingenua que olvidó por un segundo cuál era su propósito real; necesitaba saber que de manera evitar que Mina saliera de su sello, estaba segura de que debía existir una manera la cual pueda salvar a todo el mundo, sobre todo a las personas que ella había lastimado, solo debía buscarla.

La verdad es que el problema que había tratado de ignorar ya no podía seguir desplazándolo, me estaba quedando sin tiempo, esa era la cruel verdad de la situación. Estaba realmente segura de que en cualquier momento Mina sería capaz de regresar exigiendo lo que le correspondía, y tal vez, solo tal vez, en esa ocasión yo no habré obtenido el suficiente poder como para poder detenerla.