Cuando Adam abrió los ojos y vio una cegadora luz sobre su cara, pensó que todavía seguía allí, tendido y agonizando sobre el césped.
Su cuerpo estaba caliente y sudoroso; sentía una presión en el pecho que no lo dejaba respirar con normalidad. Su vista comenzó a aclararse poco a poco y se dio cuenta de que aquella luz solo era una lámpara de techo, la superficie sobre la que estaba recostado no era más que una cama, y el calor que sentía era a causa de una gruesa sábana que lo tapaba del cuello a los pies. La tomó por uno de sus extremos y se destapó de un tirón.
Adam respiró más calmado.
Intentó sentarse en la cama, pero eso fue una tarea más difícil de lo que esperaba: los músculos le mataban y apenas podía moverse. Se irguió con cuidado hasta que su espalda tocó el cabecero metálico. Le echó un vistazo a la habitación, de izquierda a derecha; por la fachada tan pulcra, blanca y desinfectada, podía adivinar dos cosas: uno, que claramente no estaba en su cuarto; y dos, que parecía tratarse de un hospital, aunque no recordaba cómo había terminado allí.
Sosteniéndose de las barandillas de la cama, hizo fuerza con los brazos para ponerse de pie. Caminó despacio y tembloroso hasta el baño, un diminuto cuartucho de cuatro por cuatro. Al verse en el espejo se dio cuenta del estado en el que se encontraba: su cabello estaba revuelto y despeinado, su piel pálida y fría dejaba en evidencia unas oscuras manchas bajo sus ojos, y la mayor parte de su cuerpo estaba cubierto en vendas. Además, su ropa de todos los días había sido reemplazada por una bata blanca de hospital. Parecía más muerto que vivo; un verdadero zombie de película.
—¿Qué... qué me pasó? —intentó hablar, solo para escuchar una voz afónica.
Un punzante y agudo dolor en la sien le hizo llevarse la mano a la cabeza. Le hacía recordar a los días de verano cuando comía demasiado helado y se le congelaba el cerebro. Abrió el grifo para mojarse un poco la cabeza. En cierta manera, el agua fría lo tranquilizó un poco.
Se sostuvo de las paredes de la habitación para no perder el equilibrio y volvió a la camilla del hospital. «Ok, Adam, todo está bien», pensó, «solo tienes que recordar qué rayos fue lo que sucedió». Lo único que le vino a la mente fue aquella luz cegadora, seguida de una oscuridad total, y luego... nada.
—¡Agh, ni siquiera sé qué día es!
Adam se giró hacia la pequeña mesa de noche a su costado: no había muchas cosas, solo un jarrón de cerámica sin flores, una caja de pañuelos de papel, y un reloj analógico que marcaba las diez y media; al ver la luz del día filtrándose por las persianas, supuso que era de la mañana.
—Por una vez que intento hacer amigos y acabo en el hospital.
Cerró los ojos y recostó la cabeza para intentar descansar.
Un destello repentino le vino a la mente, como una seguidilla de imágenes que no comprendía del todo: estaba tendido en el suelo, rodeado de fuego, con el cielo nocturno por encima de él; la lluvia de estrellas pasaba frente a sus ojos, pero estaba demasiado aturdido como para prestarle atención.
A su lado estaba la profesora Hallaway, agitando su cuerpo mientras le gritaba. Bueno, o al menos eso creía, porque lo único que podía oír era un agudo pitido que ahogaba su voz. Eric y Terry también estaban allí, parados junto a él con una expresión de horror. Como si estuvieran viendo un muerto, pensó Adam.
Tal vez eso mismo pensaban ellos.
Adam abrió los ojos para volver a la realidad y se encontró a sí mismo temblando, con los dientes castañeando y la piel de gallina. Hacía minutos se había mojado la cara porque no soportaba el calor, y ahora se sentía como dentro de una heladera. Se tapó hasta la cabeza con todas las sábanas que tenía al alcance, dejando un pequeño espacio para su cara, dándole la apariencia de una gigantesca crisálida humana.
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Adam Basset: el ascenso de un héroe
FantascienzaLibro Uno de la saga Adam Basset. El mundo perdió a sus héroes. Más de diez años han pasado desde su desaparición. Cuando las fuerzas del mal regresan de entre las sombras para destruirlo todo, ¿quién será capaz de salvar el día una vez más? ...