✧ 29 ✧

84 27 9
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Maia y yo no dejamos reír ante semejante espectáculo, y encima Adán y su expresión no hacen más que aumentar nuestras risas.

Natalie por su parte se muestra más relajada, aunque roja por las carcajadas que además de las nuestras hay alrededor.

—No puedo creer que le hayas hecho esto —Consigue decir Mai a su amiga señalando al mío.

Retiro los anteojos que llevo puestos para secarme las lágrimas a causa de la risa.

— ¿Van a seguir riéndose por más tiempo o ya podemos entrar? —Dice Dan con su gesto hosco.

Lo miro intentando apartar mi diversión, observando su atuendo.

— ¿Vos te dejarías de reír si fuera yo el disfrazado de manzana? —Expongo conteniendo otra carcajada.

Se mueve resoplando, y el traje a su alrededor de color rojo se bambolea haciéndolo ver más chistoso todavía.

Una manzana. Mi mejor amigo viene vestido como una manzana roja. Nat a su lado, luce un disfraz de abeja que en realidad le sienta muy bien y la hace ver entre atrevida y tierna.

Ella también se ríe y Adán le dirige una mirada furibunda.

—Ja, ja, ja, ja. Ahora entiendo porqué no dijiste nada. —Lo apunto.

—Los dos entendemos, pero, ¿Vos qué hacés así vestida, abejita? —Pregunta Maia.

Nat blanquea sus ojos, alisando el tutú del disfraz.

—Por una apuesta. —Le responde sin mirarla.

— ¿Otra? —Decimos los dos al mismo tiempo.

—Aposté que Adán no cumpliría su parte.

—Y perdió. —Completa él, en tono satisfecho.

—No quería que pasaras vergüenza solito, manzanita. —Revira y Dan hace una mueca. —En fin, vamos a pasarlo bien igualmente, ¿No? —Se aferra a su brazo y le da un beso cariñoso en la cara.

— ¡Sí, claro! Voy a disfrutar como pelotudo de la risa y las caras burlonas de todo el mundo. ¡Mirá! Si hasta me sacan fotos, hijos de... —La mano de Natalie sobre su boca detiene el insulto.

— ¡Basta, vos quisiste apostar, ahora bancatela! —Se le ríe. —Vamos a pasarla bien, es mi cumple, ¿Sí? —Le hace ojitos.

Mi amigo le dedica una mirada estrecha, pero veo la dulzura mezclarse en su gesto.

Para esconder mi risa, atraigo a Maia hacia mí y apoyo mi boca en su cabeza. Su cuerpo se sacude debido a su risa recargada en mi costado, pasando su brazo por mi cintura.

— ¡Bueno, ya! Entremos, o me voy a la mierda como quiero. —Exclama mi amigo y acto seguido se abre paso entre la gente, que como dijo, se ríe y lo miran con burla.

Regalame tu Sonrisa (Libro 2) Retos Al CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora