★ 24 ★

110 27 25
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Guardo en el pequeño bolso de mano el celular, mi documento, las tarjetas y el ticket de la reserva que imprimí el día anterior. Una vez que tengo listo esto, vuelvo a mirarme en el espejo. Contemplo con atención el enterizo largo de color rojo que compré ayer, junto al par de zapatos de tacones aguja color blanco.

Me gusta como la prenda se ajusta a mi cuerpo, y como el escote de corazón hace que parezca que tenga más busto. Los tengo pequeños, estoy a unos centímetros de ser plana en esa zona, algo que siempre me hizo sentir poca cosa, sobretodo cuando Hernán me comparaba...

—No, no, no, no. Esta noche no habrá cabida para esos pensamientos. —Los detengo antes que vuelvan a jugarme una mala pasada.

Me cercioro de que mi pelo esté bien, me lo recogí por completo y la cola de caballo cae liso y recto rozando a la altura de mis hombros. Hago un último repaso a mi rostro. Retoco sutilmente con un poco más de rubor mis mejillas. Mis párpados que delinee finamente de negro no necesitan añadido, mis pestañas tampoco. Para terminar me coloco el labial carmesí mate de duración prolongada (o eso dijo la chica de la tienda), y estoy lista.

Agarrando el bolsito y el abrigo de gamuza negro preparados sobre la cama, salgo del cuarto.

— ¡GUAUUUUU! —Manifiesta Natalie sentada en el sillón. Silba y me sonríe traviesa. —Amiga, estás... Divina divina.

Me rio.

— ¿Sí? ¿Opinas que voy bien así?

— ¡Oh, yeah! Me encanta ese enterizo, me lo tenés que prestar.

—Cuando quieras —digo sintiendo calor y frío recorrerme. —Transpiro horrible, ¿Se nota?

—Nop, nada de nada. Lo bueno que el maquillaje es a prueba de agua —dice divertida.

— ¿Qué hora es? —Le pido saber, demasiado nerviosa para sacar mi celular del bolsito.

—Faltan unos diez minutos, así que aprovechalos para respirar y calmarte —Se ríe por lo bajo.

Cierro los ojos, tiene razón, estoy actuando como una adolescente. Aunque en mi defensa hace mucho, mucho tiempo que no salgo con nadie. La última vez que lo había intentado con un compañero de la universidad, mi ex apareció y pasé una gran humillación por causa.

Otra vez... ¡Basta!

—Necesito agua... —Pero antes de poder dar un solo paso hacia la cocina, el tiembre suena, me detiene y miro a Nat. — ¿Esperabas a Adán?

—No, viene más tarde. —Se levanta y camina hacia la entrada ya que yo no me moví para nada. —Está ansioso el doc de animalitos, ¿No? —Expresa con gesto pícaro.

Finalmente consigo dar un paso al frente, justo cuando ella abre la puerta y escucho que se saludan.

—Ella ya viene... —le comunica.

Regalame tu Sonrisa (Libro 2) Retos Al CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora