☆ 20 ☆

104 30 11
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




No volví a cruzarme con Uziel después de esa noche en su departamento. Me enteré después por Nat que se fue. No coincidir con él estos días despertó en mí una sensación extraña de vacío, de necesidad.

Ronda en mi cabeza sin parar, y no verlo, hace que no salga de mis pensamientos un segundo. El trabajo me distrae, ir a mis terapias también. Mi nueva "actividad" (la cual empecé esta semana), me ayudan a drenar de mi sistema y mi mente todas las cosas que llevo tiempo cargando. Sin embargo es llegar, pasar por su puerta y que este vacío aparezca.

No es normal sentirme así respecto a él.

Entro al departamento, encontrándome con que Nat ya está aquí. Camino hacia la cocina y ahí la veo, preparando la cena.

-Hola. Pensé que llegabas más tarde. -Digo yendo hacia ella.

-Pensaste mal, Maita. -Nos damos un beso, y agrega. -Qué tal el gym.

-Bien, bien. -Contesto abriendo la heladera para buscar agua fresca. Ella solo sabe que empecé el gimnasio, cosa que es medio verdad, medio mentira. - ¿Y tu día?

-Muy bueno por suerte. -Responde con tranquilidad.

Arqueo las cejas, curiosa, mientras ella retoma su tarea de cortar verduras. La miro detenidamente. Viste un pantalón sencillo gris y una remera negra dos talles más grande. Parece pensativa, seria.

-Creí que ibas a estar con Adán. O eso dijiste. -Menciono.

Ambos empezaron a verse más seguido después de su salida. Y Nat en serio se muestra contenta con su nuevo amigo como lo llama.

-Fue a buscarme a la estación del subte, pero no hicimos nada, nos vinimos para acá directamente. -Es toda su explicación.

Me paro al lado de ella, apoyando mi cadera en la mesada.

- ¿Todo bien con él? ¿Pasó algo? -Pregunto, porque intuyo que hay alguna cosa que no me dice.

-Nop. Todo bien. -Vuelve a ser su escueta respuesta.

-Natalie...

- ¿Vos, alguna novedad del vecino de enfrente? -Suelta con rapidez, y sé que lo que sea que pasó, no quiere hablarlo ahora.

-No, ¿Cómo tendría novedad de él? -Expongo alzando los hombros.

-Te lo dije, le hubieras dado tu número. Te dormiste en eso, amiga.

Sacudo la cabeza.

-Él no me lo pidió. -Ahora es ella quien niega. - ¿A qué viene la pregunta?

-Nada; curiosidad. -Contesta de nuevo, retraída -Según Adán, pregunta mucho por vos, hasta te mandó saludos.

-Ujum... -es todo lo que articulo.

-Quieren salir este sábado.

- ¿Los cuatro?

Regalame tu Sonrisa (Libro 2) Retos Al CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora