☆ 25 ☆

71 26 15
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





Si había sentido en el tiempo de conocerla que podía valer la pena profundizar nuestro acercamiento. Ser más que vecinos y amigos, definitivamente ahora estoy convencido de que haberlo intentado fue lo más acertado que hice hasta hoy.

Aquella noche frente al río, rodeados de los sonidos del viento, del agua, y el tránsito nocturno de La Costanera; quedé desarmado ante las emociones que se desbocaron al besarla. Y cada día después de esa noche, ha sido mejor.

Pasaron varias semanas ya de ese día especial, y cada una queda superada por lo que compartimos.

Maia es increíble, y la buena sintonía entre los dos hasta la fecha genera que a cada momento juntos quiera extender las horas y pasar más tiempo al lado de ella. Su actitud, a veces es tímida y cautelosa, no impide que descubra su personalidad divertida, ingeniosa y compañera.

Verla sonreír como en este momento mientras habla con su amiga en el sofá en mi departamento, despierta en mí una dulzura y un sentimiento de protección a la cual no estoy muy acostumbrado, pero al cual tampoco me opongo. Me gusta cada sensación nueva que ella despierta.

—La vas a ojear si seguís mirándola así —La voz burlona de Adán atrae mi atención hacia él. —Estás cayendo redondito mi amigo. —Se divierte a mi costa.

—Mirá quién habla... ¿Acaso vos no estás teniendo la misma caída? —Digo en el mismo tono burlón.

Adán echa una vistazo al living donde ellas están, y sonríe atontado con una ceja arqueada.

—La verdad que sí, solo que yo por las dudas tengo un paracaídas... Con Nat nunca sé qué esperar —Comenta regresando a lo que hacía.

Corta el jamón y el queso para la picada, mientras veo su expresión pensativa.

Adán y Natalie llevan casi el mismo tiempo que nosotros saliendo, y se llevan muy bien, solo que en ciertas ocasiones sus personalidades chocan. Los dos son bromistas, se divierten y hacen que el ambiente sea distendido. Pero tienen también caracteres fuertes, sobretodo ella, logrando dejar a mi amigo tan desconcetado que me hace gracia.

— ¿Ya se le pasó el mal humor? —Pregunto con un dejo de diversión.

—Parece que sí, pero no conviene levantar la perdiz, esa abejita es bastante calentona... —rio sin poder evitarlo cuando lo escucho llamarla así. Él también ríe.

— ¿Qué pasa, qué tanto cuchichean los amigos por acá? —Natalie, como invocada por nuestra charla aparece.

—Uziel me comentaba algunas cosas nada más. —Responde Adán volteando la cara para sonreírle. —En dos minutos llevo las cosas.

— ¿Te ayudo en algo?

—No no, vos andá y ponete cómoda.

—Okay, el partido ya empieza —da media vuelta y se va.

Regalame tu Sonrisa (Libro 2) Retos Al CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora