—Maia... —Se acerca mirándome atento, con preocupación. Coloca sus manos en mis hombros buscando en mis ojos. — ¿Qué pasa? —La urgencia en su voz me saca de mi breve estado de aturdimiento.
— ¿Nada? —Es lo que consigo decir, confundida, por su presencia que había olvidado.
—Escuché que gritaste —Su mirada se dispara hacia la cocina donde obviamente no hay nadie.
—Ah... —Ahora entiendo. —No pasa nada, es solo que... hablaba con mi hermano. —Señalo la tablet sobre la mesa, donde dos pares de ojos nos observan sorprendidos.
Uziel sigue la línea que marco con mi dedo índice, y también se sorprende.
—Oh, yo... perdón, no quería... —Murmura desconcertado. —Es que te escuché y pensé que algo había pasado... —Esto lo dice mirándome a mí.
Seco las dos lágrimas que solté anteriormente y le sonrío.
—Perdoname, no pasó nada malo... Fue la emoción —Me disculpo perdiéndome en sus rasgos, en su pelo alborotado y sus ojos marrones con tintes dorados.
»Ni siquiera recién despierto deja de ser tan lindo... «
El sonido de un carraspeo borra ese pensamiento, siendo reemplazado por la vergüenza. Giro hacia el aparato sobre la mesa para mirar a mi hermano y Elo, que sostiene una sonrisita divertida en su boca. Beltrán, no.
De reojo le echo un vistazo a Uziel, que no se ha movido de al lado mío.
— ¡Hola! —Alza la mano mi cuñada, rompiendo el incómoda momento.
Recupero el control de mi voz y emociones para presentarlos.
—Ellos son Beltrán y Eloísa.
—Hola, mucho gusto. Y disculpen que haya interrumpo así —manifiesta Uziel con sinceridad.
Observo a mi hermano, que con una seriedad que hace mi corazón de vueltas en mi pecho, mira a mi... ¿Cómo lo presento?
—Tranquilo, es lógico que te hayas asustado —Vuelve a hablar Elo, ya que parece que Beltrán y yo hemos perdido esa capacidad.
Entonces los ojos de Bel encuentran los míos, y arquea una ceja interrogativa. Sé lo que debe estar pensando, y la verdad no me imaginé que sería así que se enteraría. Pretendía esperar más tiempo para contarle que conocí a alguien.
— ¿Y vos sos... ? —Pregunta él, dirigiendo sus ojos negros a Uziel.
—Él es... —murmuro titubeando.
—Soy Uziel, el novio de Maia. —Y así es como él completa mi oración.
Volteo a mirarlo, y su mirada se posa en mí, con una sonrisa que provoca quiera besarlo, abrazarlo ante su decidida respuesta.
ESTÁS LEYENDO
Regalame tu Sonrisa (Libro 2) Retos Al Corazón
RomanceEl corazón no siempre acierta cuando se enamora. El corazón de Maia cometió el error de latir por alguien que no lo merecía, y eso casi le cuesta la vida. Afortunadamente, sobrevive. Sin embargo, todavía hay mucho por superar, y es por eso que decid...