✧ 36 ✧

57 24 15
                                    

Canción: Camino, Evaluna– Por primera vez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Canción: Camino, Evaluna– Por primera vez.



∘˚˳°. ∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°∘˚˳°

Algo cálido recorre mi nariz haciéndome cosquillas. Frunzo y paso mis dedos por ahí encontrando la causa; el dedo de Uziel. Me remuevo bajo las sábanas acurrucándome más. Vuelve a deslizar su dedo provocando un nuevo cosquilleo y que mi piel se ponga de gallina.

—Huuummm... —Me quejo retirándolo.

Su risa fresca invade mis sentidos.

—Vamos, vamos. No seas floja, arriba —Dice en tanto su lado de la cama se unde bajo su peso cuando sube.

—Hummgrrr... —Emito como respuesta, lo que solo genera una nueva risa por su parte.

—Abrí los ojos, florcita. Es un nuevo amanecer. —Musita cerca de mi rostro. Puedo oler que ya se cepilló, el jabón en su piel y el shampoo en su pelo, evidencia de que él lleva levantado un largo rato.

Abro un ojo.

— ¿Qué hora es? —Pregunto con la voz adormilada.

—Tanto como las... —lo siento moverse hacia la mesa de noche, seguramente para revisar su teléfono. —Ocho y cuarto.

Otro quejido por mi parte.

—Muy temprano, y domingo —Murmuro no muy contenta.

— ¿Qué pasa? ¿Te cansé mucho anoche? —Me provoca. Y lo logra, se tiñen mis mejillas y lo nota porque se ríe. — ¿Te dije que me encanta cuando hacés eso?

—Por tu culpa.

—Doblemente complacido. —Besa mi frente, mi cara y cuando va rozar mi boca me retiro levantando la cabeza.

— ¡No! Tengo que cepillarme y lavarme la cara.—Lo empujo con suavidad.

—Bueno, pero ya. Quiero besar a mi novia. —Ordena apuntando hacia afuera del cuarto donde está el baño. —Acá te espero.

Pongo los ojos en blanco, pero sonrío y ruedo sobre la cama para bajarme.

—Es domingo Uziel... pero te perdono por esta vez. —Advierto, aunque no me molesta para nada, me levanto temprano incluso los días domingo.

Se ríe mientras salgo de la habitación. Me encuentro a Coco al salir y le acaricio la cabeza al pasar. Me sigue hasta la puerta y lo veo sentarse en la entrada. Le sonrío y cierro la puerta.

Minutos después regreso al cuarto. Uziel está en la misma posición que lo dejé, y por primera vez en el día lo veo bien.
Viste un pantalón de jogging gris, una remera negra que se le ajusta a la perfección y un mechón de su pelo cae sobre su frente.

—Buen día, florcita. —Ladea la cabeza sonriéndome pícaro.

Me recorre el cuerpo con sus abrasadores ojos ahora marrones con tintes dorados. Es fascinante como esos iris cambian su color, debería prestar más atención para saber si lo hacen debido a su humor, o es simplemente por el momento.

Regalame tu Sonrisa (Libro 2) Retos Al CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora