VII

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–Como ha podido defender la presencia de un híbrido como sustituto a Margery!? Tu prometida! –Me gritó madre lanzando de nuevo el látigo contra mis brazos–. Sabes la vergüenza que hemos pasado en la llamada con sus padres!?

Aguanta... solo unos minutos más...

Dolía... pero tampoco me arrepentía.

–Le debe en una muy buena disculpa a Margery Seiji, debería darte vergüenza, un híbrido, es insultante que no la defendiéras frente a un cualquiera como ese! –Le dio la razón padre siguiendo madre provocando que mis brazos sangraran más aún.

"–... Tendré que cuidarte yo entonces."

Ojalá realmente esas palabras pudieran cumplirse... ojalá por una vez alguien me protegiera de este dolor...

No se ni cuanto tiempo tuve que aguantar mordiéndome el labio tratando de no llorar hasta que finalmente madre se cansó e hizo a una sirvienta de la más mayores tratar mis heridas.

Hasta limpiar y vender mis heridas dolía... flexionar los brazos igual, y ya no digamos tocarlos.

Los antebrazos fueron los más mal heridos.

Pero debía cumplir primero con mis obligaciones antes de llorar en mi cama.

–Siento mucho la falta de respeto que has podido sentir ayer en la reunión de delegados, fue mi culpa no darme cuenta de la situación y la vergüenza que esta generaba en ti –Me disculpé a Margery haciendo una reverencia pronunciada.

Me dolió hacerla, pero callé cualquier dolor fingiendo ser firme.

Siempre fingía ser firme.

–Ahora ya da igual, el puesto ahora le pertenece a ese tipo –Resopló mirando en un espejo de bolsillo que su pelo estuviera bien.

Y en cuanto se aseguró extendió su mano hacia mi para que se la besara y le ofreciera tener una cita como disculpa.

Mis padres ya lo habían organizado todo, una comida en el restaurante que ella eligió y un paseo después por donde ella dijera.

Asentir y sonreir siempre que ella dijera por qué yo era el culpable de su vergüenza, y ahora debía servirle por unas horas.

Siempre odié pasar tiempo con Margery... Gala era una buena amiga, Margery... era obligación.

–Tu seguirás siendo el número uno, yo el número dos, nos casaermos cuando acabemos la universidad, que... tranquilidad, no crees? –Preguntó conteniendo mi brazo dándole igual saber lo herido que estaba.

–Si –Asentí mintiendo mirando al frente con seriedad.

Quería irme a casa... quería llorar en mi cama hasta el lunes y volver a estar lejos de ella y de mis padres...

–Y nunca has pensado en llevarle la contraria a nuestros padres? –Dudó parando de caminar llevando su mano a mi mejilla para obligarle a girar la cara y verla a ella–. Besarnos, tener sexo, esas cosas.

Si, estos últimos días había pensado en llevarles la contraria, pero no precisamente con ella.

–No –Negué apartando la cara y comenzando a caminar de nuevo evitando que pudiera besarme.

–Eres demasiado chico bueno Seiji, pero lo acepto, en preparatoria ya no podrás negarte tanto –Contestó con seguridad y la cabeza bien alta.

Si, en preparatoria estaría obligado a tener sexo y besarla diciéndole a todo el mundo que éramos novios y ya estábamos prometidos. Nuestro compromiso pactado se tenía en secreto para los que no formaran parte cercana a nuestra familia.

Control (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora