LII

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Me hicieron las curas consiguiendo aliviar el dolor con facilidad, al final ninguna herida tenía demasiada importancia, se curarían solas.

Mi móvil había acabado besando el suelo y mojado, así que mi padre estaba a ver si metiéndole en arroz se arreglaba lo suficiente para aguantar hasta que pudiera comprarme otro.

Más gastos y más problemas.

–El ritual es muy sencillo, solo es para ver tu equilibrio mente cuerpo y ver cómo podemos ayudarte –Comentaba Kamali atando la cuerda a mi cintura.

Llevaba una vieja túnica ceremonial blanca de druida.

Creo que solo había visto esta túnica en fotos, nunca creí que fuera a vestir una.

–Seguramente después estés cansado, así que lo mejor es que cenes y te vayas a dormir –Concluyó antes de apartarse de mi para comprobar que todo estaba bien.

Supongo que si lo estaba por que asintió contenta y nos hizo salir para ir a la plaza.

Diferentes mujeres y hombres esperaban en el centro en círculo recitando un hechizo para crear unas marcas luminosas en el suelo.

Sería algo sencillo, no pasaba nada.

Con inseguridad mi padre se tuvo que quedar con el resto de espectadores y Kamali me guió hasta el centro del círculo dejando claro en todo momento que todo estaría bien.

Mis tatuajes brillaban...

La ceremonia comenzó haciéndose más intensas las luces del suelo y el brillo de mis tatuajes comenzando a ser difícil tener lo ojos abiertos.

Sentía... como si me estuviera colocando boca abajo pero claramente seguía con mis pies en tierra. Mi cuerpo era tan liviano como una pluma... y al mismo tiempo mi pecho pesaba como una roca.

Siempre pesaba... era el causante del peso en mi cuerpo... era mi alma la que siempre daba problemas...

Ni siquiera me di cuenta cuando llevé la mano a mi pecho angustiado por el peso que me impedía sentir que flotaba.

–Ya está, abre los ojos –Murmuró la voz de una mujer anciana con mucha calma.

Y me agarró por los brazos con mucho cuidado dejando que parpadeara dudoso de que había ocurrido y por cuanto tiempo fue.

Sentía que eran solo unos minutos, pero en el ambiente parecían ser horas.

La anciana me hizo dar unos pasos ayudado por ella, pero rápidamente se me vino todo abajo provocando mi caída.

–Ya está, ya está, es normal, estas débil –Intentó calmar la situación Kamali.

–La piedra está lista? –Preguntó la anciana apartando el pelo de mi cara dándome espacio para respirar.

Me faltaba el aire... no era un desequilibrio pero algo pesaba tanto que no conseguía tomar aire bien.

–Si –Afirmó un chico colocándose a mi derecha.

Ni siquiera me explicaron que era lo que tenía en la mano, solo lo acercaron a mi y este brillo en rojo haciéndome un pinchazo en la oreja que provocó mi queja.

–Perfecto, ahora también habrá que vigilar que se cure esto –Suspiró el hombre impidiendo que tocara.

–Que ha..? –Dudé empezando a marearme.

–Una piedra de equilibrio, te ayudará a cubrir las carencias para ser capaz de equilibrarte solo –Explicó la anciana haciendo un gesto para que me agarraran–. Lo único es que esperábamos que se volviera un collar o un brazalete, no un pendiente.

Control (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora