XXV

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Kilian se sentó al lado de la chimenea mirando hacia nosotros viendo como al final mi hermana trataba de relajarse un poco sentándose un poco recostada hacia atrás y atreviéndose a comer patatillas, no muchas, pero si algunas mientras nos contaba que los de Central la trasladaron a una residencia de estudiantes universitarios.

–Mi compañera de habitación estudia programación –Comentaba necesitando manosear la patatilla y mentalizarse de que se la iba a comer antes de hacerlo–. Es increíble lo que hace, trabaja a una velocidad con los dedos en el ordenador que siempre me deja sorprendida, y está en el último año de carrera. Es raro estar en la residencia, cada uno está en momentos diferentes de su vida, edades y especies diferentes... pero al mismo tiempo te ayuda a ver la cantidad de cosas en las que nuestros padres estaban equivocados.

Me alegraba mucho escucharla decir eso.

–Cuando vuelvas a la carrera en el futuro podrás volver a la residencia y conocer aún más gente –La animé contento por sus palabras.

Y ella definitivamente se comió la patatilla.

–Aun no se si aceptar dejar la carrera –Murmuró ya no tan segura provocando que Kilian y yo compartiéramos miradas–. La odio, odio cada segundo de esas clases y todo lo que representa... pero que voy a hacer sino? Que va a ser de mi?

–Sobran las carreras por el mundo, tanto humanas como no humanas, y también está la formación profesional –Contestó Kilian remangandose una manga antes de meter la mano en el fuego para mover la madera y que ardiera mejor–. Una carrera necesita que estés en un buen momento físico y psicológico, son duras y requieren mucho de cada uno, si la haces cuando no estas bien y a demás es algo que no te gusta las cosas acaban mal. Ahora puedes darte la pausa que necesitas, recuperarte, encontrarte, descubrir que te gustaría hacer, y después podrás empezar a hacerlo con seguridad y fuerzas.

–Exacto, no tiene por qué ser ahora ni mañana, tienes tiempo, nuestra vida no es finita de la misma forma que un humano y somos jóvenes –Le di la razón frotando su brazo para darle ánimos.

–Y tu que vas a hacer? –Dudó mirándome sin entender mi seguridad.

–Tiene dos años aún para averiguar a que preparatoria quiere entrar, y si en ese tiempo no lo averigua está bien, le diremos lo mismo que te decimos a ti –Contestó Elea entrando en el salón–. La tía Poup está al teléfono Kilian, este año no puede venir.

Y Kilian se tuvo que ir a responderle el teléfono con Elea quedando de nuevo solos.

–Estas bien aquí Seiji? –Dudó Shin agarrando mi mano–. Te gusta vivir aquí?

–Me encanta –Contesté con seguridad sonriendo–. Elea es muy comprensiva y animada igual que también es algo seria, Kilian siempre me hace reír, Sheila es un amor cariñoso que adora transformarse en adorables animales para que la acaricien si estas triste, Brent es el más serio de todos, pero parece que siempre vela por nosotros, me siento protegido y querido Shin... no se ni describir la paz que me da saber que ahora está es mi casa.

–Pero Kilian... se aprovecha –Farfulló por lo bajo preocupada.

–No, se que puede parecer eso, es difícil de explicar, pero Kilian sabía lo que pasaba en casa antes de que todo esto empezara... –Comencé a explicar pegarme a ella con calma– él me protegía y era el que hablaba conmigo para que no normalizara y defendiera todo ese comportamiento doloroso de padre y madre, cuando ocurrió todo él fue el que me escuchó y me ayudó a dar el paso, él estuvo cuando Margery me forzó a besarla... Él fue el que me convenció de saltar me las órdenes de padre y madre y hacerme una analítica por que tenía miedo de que tuviera anemia. Kilian me protege y si que me gusta y somos novios, pero él me protegería le quisiera o no.

Control (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora