XIII

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Seiji habló con su hermana a saber por cuanto tiempo con el teléfono de mi madre teniendo que quedarnos más tiempo en el instituto al tener que hablar más cosas con la directora y el subdirector.

–Por eso sabías que tenía anemia –Murmuró William abriendo un mueble para coger otra nueva caja de la medicación para la anemia y dármela–. Podrías habérmelo dicho.

–Decirlo no era decisión mía –Susurré dejando de mirar a Seiji hablar con su hermana.

Su hermana no paraba de pedirle perdón por este lío pero realmente no podía más.

–Si, tu madre aplica mucho eso a su vida, una víctima debe dar siempre el primer paso para no ocultar las pruebas –Resopló sentándose frente a mi apoyando el brazo sobre el escritorio.

Y su cabeza la apoyó en la mano con pesadez.

–Como ha podido aguantar todo eso por 30 años? Aun sois solo niños, por mucho que en 5 años seáis mayores de edad aún sois críos –Murmuró con pesadez y dolor aún consternado por la declaración de Seiji.

No se... la verdad es que no yo podía darle una respuesta a eso.

–Y después dicen que la maldad esta en los vampiros y lo salvaje en los hombres lobo... Todas las especies tienen sus cosas podridas... absolutamente todas –Siguió hablando para si mismo mientras que yo me ponía en pie.

Me acerqué a la cama para tratar de calmar un poco a Seiji al escuchar que volvía a llorar por el dolor de su hermana, pero ver un nuevo coche llegar a la entrada me hizo caminar hasta la ventana.

Desde la enfermería se podía ver todo el parking, y era la hora de la comida, así que únicamente estaban los coches de los profesores y así... se veía claramente que era el coche de los Daigo.

–William hay que avisar a mi madre! –Pedí girándome con rapidez agarrando a Seiji.

Y lo hice ponerse en pie de un tirón saliendo de la enfermería teniendo que cortar la llamada con su hermana con brusquedad.

William corrió con nosotros al segundo piso entrando sin ni llamar al despacho de la directora interrumpiendo la reunión con más miembros de Central.

–Los Daigo están aquí! –Anunció William cerrando la puerta con fuerza.

–Los has llamado!? –Gritó mi madre a la directora.

–No! He estado en todo momento contigo! –Se quejó Marin negando la acusación–Como voy a meterlos en el instituto estando lleno de alumnos!

El sonido de los cristales al borde de romper no petrificó a todos agarrando a Seiji para cubrirlo en caso de que rompieran... pero no lo hicieron.

El sonido de alguien llamando a la puerta con brusquedad rompió el silencio asustado de todos.

–Vengo a buscar a mi hijo! –Bramó el que seguramente era el padre de Seiji.

Su reacción fue agarrarme con fuerza tratando de retroceder con miedo.

Mi madre se tiró directamente a por nosotros y nos agarró para llevarnos a las ventanas.

–Vuela hasta casa, iros –Ordenó abriendo la ventana escuchándose más golpes en la puerta.

–Pero... –Intenté quejarme notando que Seiji se iba a caer al fallarle las piernas.

–Iros, en casa hablamos –Repitió solo cogiendo el teléfono que tenía Seiji.

Y yo tomé mi forma natural cargando con Seiji lanzándome por la ventana para alzar el vuelo, nunca había volado cargando a otra persona, así que me costó un poco coger suficiente altura.

Control (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora