Control (Yaoi/BL)

XLIII

El olor de la sangre de Ximo llegó a mi nariz como un tiburón llamado a comer, pero en mi caso como alarma de emergencias.

No se ni como llegué a tiempo a hacerle una llave al cuello consiguiendo que parara, pero aún así no lo soltó.

–Quieres averiguar si los de tu generación sobreviven a que les partan el cuello!? –Amenace mostrando que con solo un movimiento lo haría fácil.

Y ahí si soltó a Ximo entrando Seiji en el cubículo, detrás de Kilian venía una profesora.

–Al despacho de la directora! –Le gritó haciéndome una señal para que lo soltara.

Y como a una profesora no se le podía llevar la contraria obedecí y solté dejando que ella lo agarrara para llevárselo.

–Respira, ya se acabó –Intentaba controlar la situación Seiji tapando con las manos la herida en su antebrazo–. Son unos arañazos te pondrás bien.

Ximo estaba acorralado en una esquina del cubículo con el uniforme roto y manchado de sangre, llorando incapaz de reaccionar a lo que acababa de pasar.

Si no fuera por el dolor de la herida estaría al borde de una despersonalización grave.

–Ven aquí, ahora todo va a estar bien –Intenté calmarlo acercándome al cubículo.

Aún sin mostrar su cara al tenerla tapada entre todos sus rizos cedió a mi voz y dejó que Seiji lo sacara de la esquina para acercarse a mi.

–No hice nada... –Sollozó con dolor dejando que cerrara como podía la chaqueta de su uniforme.

–Lo se, todos lo sabemos –Lo calmé pasando sus brazos por mis hombros.

Y con un movimiento lo cargue en brazos para llevarlo a la enfermería.

Se abrazó a mi sollozando y temblando como un flan suplicando entre sollozos que todo se acabara de una vez...

Todo el mundo salió alarmado del comedor al ver que grité que era una emergencia, y al vernos salir del baño se hizo un pasillo instantáneo dejándonos pasar en silencio.

Esta... esta era la gota que colmaba mi vaso.

–Todo va a estar bien, ya verás –Murmuraba para tratar de calmar su malestar.

Pero ya me encargaría yo a la fuerza de que fuera real.

El médico lo durmió al ver su estado para prevenir un desequilibrio y lo curo mientras todos mirábamos en silencio que lo hacía dejando su ropa rota y manchada tirada en su silla.

–Se que estas pensando en cortar el problema de raíz –Suspiró Kilian rompiendo el espeso silencio–. Pero sabes que eso solo va a conseguir que te expulsen, y si te expulsan quien va a cuidar de él?

–No tiene por qué ocurrir directamente –Respondí cruzando los brazos con seriedad–. Soy un vampiro, disfrutaré más escuchándolos agonizar sin que me salpiquen.

–Abismo, esas no son las formas civilizadas –Insistió Kilian sabiendo demasiado bien de qué era capaz.

Tenía una paciencia de oro, pero cuando se acababa no tenía piedad por nadie.

–Que harías si fuera Seiji? –Cuestioné encarándolo–. No tienes pruebas por que todo es solo verbal, así que, que harías?

Por Seiji él sabía llegar a ser rastrero y ambos lo sabíamos.

–No se que es lo que haría... –Cedió apretando los puños con rabia.

–Bueno, pues no me des lecciones morales –Concluí descruzando los brazos–. Voy a por ropa de cambio.