Control (Yaoi/BL)

XLVII

La familia de Mo desde luego no tenía ni un segundo para aburrirse, a demas de que se parecía un montón a su madre y a su hermana, cosa que tenía sentido por que eran mellizos, pero desde luego yo no me parecía tanto a mi padre.

Fue extraño, al principio estaba tenso, pero al final conseguí relajarme un poco al ver que no hacían preguntas extrañas y se comportaban normal, lo más raro fue lo de su hermana.

–Desde que Kilian la dejó ella se pasa las noches entre vampiros moviendo su nombre, y sinceramente, no es buena noticia, me preocupa lo que pueda estar tramando, y a Kilian también. Pero ni una palabra a Seiji –Explicó de nuevo en su habitación más tranquilos.

A demás de que después de desayunar su madre dijo que se iría de nuevo a trabajar.

Era domingo y aún así trabajaba, como mi padre...

–Pero bueno, ya sabes, puedes venir cuando quieras –Cambió de tema sentándose conmigo en cama despeinándome.

Si, supongo que si ahora que su madre pensaba eso.

Era extraño... aun me palpitaba el corazón con prisas solo de recordar cuando me lo dijo, pero al mismo tiempo me sentía bien.

Casi como si ahora mismo fuera privilegiado.

El resto de la noche remoloneamos en cama hablando y haciendo un poco el tonto, hasta que nos tuvimos que vestir para volver a mi casa.

Si no estaba a la hora de la comida no me quería ni imaginar si mi padre pasaría de comer, y seguramente ayer ni siquiera ceno.

Me tenía un poco preocupado.

La sirvienta de Mo nos trajo en coche hasta mi portal... despedirme fue extraño, pero debía volver a mi realidad.

Mi padre definitivamente no había ni comido ni cenado ni nada, la cocina estaba tal cual como yo la dejé.

Ni siquiera me sorprendía...

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El domingo pasó con tranquilidad una vez dejé a Ximo en su casa, pero el lunes había que seguir tratando el problema.

–Buenas noches –Saludó Isclo entrando directamente en el despacho de la directora antes que mi madre y yo.

–Señor! Que sorpresa tan agradable –Saltó la directora fingiendo felicidad mientras el subdirector se quedaba pálido al verlo.

Claramente que el protector de este territorio venga aquí personalmente no era una buena noticia.

–Siéntate Marin –Amenazó sin cara de muchos amigos dándole la cazadora a una sirvienta.

No estábamos aquí precisamente por algo genial.

La directora obedeció, y el subdirector también por si acaso.

–Que te trae por aquí? Buscas inscribir un nuevo alumno a mitad de curso? –Preguntó clavando la mirada en mi.

Por que precisamente conmigo había pasado algo así.

–No, vengo por que voy a acabar cerrando este antro como sigas con tus tonterías –Se quejó sentándose frente a la directora con seriedad.

–Disculpa? –Murmuró con miedo.

–Tienes algún tipo de noticia sobre casos de bullying en tu instituto? –Preguntó directamente ignorando el pánico de la directora.

–Sabes que tenemos políticas muy estrictas sobre eso...

–Y cuando las vas a empezar a aplicar?

–No se de que estas hablando...

Isclo directamente le pidió a mi madre que le diera los papeles con todo lo que había conseguido de testimonios en toda la semana pasada.