¿Es tarde? ➻ Kookmin [T 1&2]

Capítulo 30

De:Jeon Jungkook
Para: Park Jimin

Querido Jimin:

Lamento haber tenido una respuesta tardía, y sinceramente no esperaba que nos volviéramos a encontrar. Desde aquel momento en que has aparecido, te he escrito esta carta, demostrando que tengo una disculpa sincera que darte. 

Primeramente, quisiera comenzar diciendo que he leído todas tus maravillosas cartas, sintiendo desde lo más profundo de mi corazón aquellas emociones que se implementaron en ti. Todos estos años, no tenía idea del sufrimiento que tenías en tu ser, y me preguntaba muchas veces donde habías estado, donde la respuesta era un largo silencio. Muchas veces también quería proporcionar preguntas a tu hermana, pero no había mucho que decir al respecto, porque no recuerdo haberla conocido como 
algo de tu sangre, y es que mis memorias también han sido olvidadas en algunas partes. 

Quise incluso saber muchas cosas que causaban dentro de mí, aquella intriga que no me dejaba ni siquiera pensar con claridad. Los recuerdos de cómo encontré aquellas cartas, vienen a mi mente, como si de un juego se trataran, recordando una y mil cosas de lo duro que había sido contigo, y me gustaría dejar en claro que la intención no había sido eso en realidad. Los vagos momentos e  que te pude ver y reconocer se hacen prewnrted también, haciendo que me sintiera tonto por no darme cuenta de la persona que tenía en ese momento y del que me amó pese a todo lo que hice. 

Había muchas cosas que quisiera preguntarte ¿sabes? Pero siento que no es algo que debería de hacer, tal vez es el presentimiento que debo de haber tenido. Me gustaría contarte muchas cosas de tu hermana y con mi vida, aunque quizás no me lo merezca, pero necesito que alguien al menos lea mis sentimientos, ya que con mi madre, Hyesung e hija es algo difícil. 

Jimin, decirte lo que me duele se vuelve un poco inestable para mi, pero.. ¿Qué más puedo hacer? Me siento tan patético. Había tenido mi vida planeada desde un instante, queriendo que la perfección se tomará entre nosotros como familia y deseé una vida preciosa, en donde podría tener una hija conmigo, junto con una esposa que fuera amable y cuidadosa, importando poco lo terca que puede ser a veces, importando poco lo tímida que puede a veces sonar, todo eso no importaba sin más, porque se supone que la persona que amas, debe amarte con todo lo que eres tú. Desde pequeño, mis padres me han comentado que debía tener una mujer conmigo, porque podrían recrear una vida más en el mundo, y además pueden ser más independientes. 

Recuerdo que mis progenitores me la han presentado, y muchas veces algo dentro de mi, me decía que debía de rechazar cada momento, pero la verdad es que no lo hice, y la pregunta del porqué se hizo presente, más la respuesta era algo vacía, no comprendía del todo, pues era un adolescente en donde siempre hacía lo que ellos deseaban. Luego me volví un adulto, por lo que mis pensamientos y sentimientos se obligaron a decirse que era la mujer correcta, por lo que actúe de la forma que ellos querían. Me casé, creo en sus palabras que estaban disfrazadas de dulzura y entre otros conceptos que aún no logro captar del todo. 

Me divertí con ella, pero me hacía sentir de forma vacía, sabía que algo me faltaba, pero no sabía que era. Nuestros amigos me regañaron muchas veces, diciéndome que leyera tales preciosas palabras que estaban escritas en los papeles que antes eran blancos. Fue entonces que supe que muchas cosas habían salido de nuestra historia, y pensé que quizás no sería demasiado tarde para acabar de esa manera. Quise buscarte muchas veces, pero me tuve que detener, porque no quería irrumpir dentro de tu felicidad. Busqué un detective y entonces supe que tenías a alguien a tu lado, pero no quise saber esa verdad, me pregunté si aquello era el karma y, fue en ese momento en que una respuesta vaga apareció con el "si".

El detective y amigo me dijo que debía dejarte atrás, tal como habías hecho tú. Sin embargo, mi imprudencia y mi negación era algo que estaba presente. Luego, fui yo quién te buscó, pero no me reconociste, y entonces tuve que fingir. Fue entonces que dejé de hacerlo. Leí muchas veces las cartas,que por cierto aún guardo con anhelo.