✉ Primera carta ✉

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"Pasaste por esa puerta en donde siempre saliamos los demás, con una sonrisa en tus labios, llamando la atención de todas y todos los estudiantes, sobretodo de la mía, dejando que una curiosidad se posara, pero es que tenía ganas de saber tu nombre y cuando fue de esa manera muchos suspiraron por tu voz tan dulce."

Jungkook leyó la carta que se encontraba en sus manos, la primera de muchas. Una sonrisa aparece en sus labios al recordar como había sido ese día.

Llegaba después de mudarse unos días antes, en donde sus padres le decían que era una de las mejores opciones para realizar un poco el olvido, después de la pérdida de uno de sus grandes amigos, y la tristeza se ha vuelto en su cuerpo algo bastante fundamental. Jeon vivía en uno de los lugares lejanos de Corea. Pero por algunas razones se mudaron en la capital y ahora estaba caminando por los pasillos con una persona mayor a su lado. Jungkook estaba bastante nervioso, pero no quería reflejarlos, y es por eso que toma una respiración profunda antes de que la directora se detuviera en uno de los salones, para después dar acción a golpear la puerta en donde el profesor asiente a las palabras de la persona que se encuentra aún a su lado.

Cuando entra, observa detenidamente el lugar, se da cuenta que en el salón se encuentran mirándolo con curiosidad. Sin embargo los nervios de Jeon eran más fuerte y por ello que en su mente se creaban preguntas inseguras...

¿Qué debería  decir?, ¿Qué están esperando de mí?, ¿Les caeré bien?, ¿Por qué me miran de esa manera?.

Sus manos estaban siendo juguetonas en ese momento, respiró hondo cerrando sus ojos de manera suave, para luego abrirlos de la misma manera, antes de hablar y tomar acciones también.

–Me llamo Jeon Jungkook... – dijo haciendo una reverencia de casi unos noventa grados en donde dura tan solo unos segundos antes de volver a su posición normal. – espero que podamos llevarnos bien.. .– dice con una sonrisa en sus labios –

Las chicas que se encontraban en las cuatro paredes suspiraban por tan sólo escuchar su voz, muchos decían que aquello era como si de un ángel se trataba y no pudo evitar sentir un poco de vergüenza ante ello.

–Puedes sentarte en cualquier lugar vacío - le dijo el profesor interrumpiendo aquellos murmullos que se estaban formando por todo el salón –

El muchacho había avanzado muchos otros pasos, deteniéndose en uno de los pupitres que se encontraban vacíos, sacó su mochila de su espalda, dejándola en el suelo, teniendo el cuidado de no dejarlo en el pasillo para producir un accidente. Un suspiro sale de sus labios, sintiéndose un poco incómodo a lo que se estaba produciendo en el momento, pero es que ser un chico nuevo no era para nada cómodo, además de que también se sumaba a las miradas que las personas estaban regalándole.

Sacó su cuaderno de primero en donde lo abrió, dando con la primera hoja, y luego la segunda acción que realiza es sacar lo necesario para escribir lo que el maestro estaba anotando en la pizarra, colocando atención a ello, sin saber que había alguien que lo observaba de vez en cuando y sonreía suavemente, pero Jeon no había tomado en cuenta de aquel chico.

Después de unos cuantos minutos el timbre suena, entonces los alumnos saben que era hora del recreo, y es allí en donde se van a comer, por ende, él alimentó sólo mientras que observaba a las personas que se encontraban en grupo; algunos conversando entre ellos, y otros estaban jugando básquetbol en la cancha que estaba frente a él. Sonríe porque un recuerdo proviene sobre un pequeño con el que jugaba aquel deporte y entonces suspira suave volviendo su atención en la comida que su madre le había dado, por el simple hecho de que no quiere pensar en ese niño de su pasado, quien la tierra se lo ha tragado.

Nuevamente el timbre suena pero siendo lo contrario, y eso es que los alumnos deben de entrar a su próxima clase, es por ello que guarda todo en ese momento, para después ingresar al instituto. Pero, cuando entra al salón encuentra una carta de un color azulado cielo, confundido lo toma entre sus manos, mientras que sus ojos divagan por sus alrededores buscando a alguien, pero lo malo es que nadie se encuentra en el lugar. Buscó por la carta, esperando que fuera la persona incorrecta, sin embargo, su nombre estaba escrito en ese lugar del papel, y con el ceño fruncido guarda la carta en su mochila.

Los minutos se trasforman en horas, dando el fin a las clases. Por lo tanto, Jungkook cuando vuelve a casa busca una caja, y saca la carta junto a un lápiz, para marcar el papel con un número, el cual es el "uno". Luego de ello lo guarda y se acuesta en la cama, sin ver lo que decía la carta, pero que en su mente hay una pregunta que divaga por su mente se hace presente..

¿Quién podría ser la persona que le da una carta a alguien desconocido que por primera vez lo ha visto?

Jeon niega porque no puede tener una respuesta concreta que pueda responder aquella pregunta. Pero la decisión de no pensar más en ello se hace presente y es por eso que solo decide que es mejor descansar, algo que realmente hace.

Después de leer la carta, la deja  por encima de su cama, para así tomar la siguiente carta, teniendo la curiosidad de saber qué es lo que podría decir en ella.

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Espero que le guste esto, pensé en hacerlo de esa manera, espero que puedan aceptar esta historia, sé que digo que subiré una historia pero lamentablemente no pude por las ideas que se formulaban en mi cabeza, y creo que tengo muchos proyectos, pero terminare con esta o al menos tendré un mayor capitulo para subir otro de mis proyectos.

Espero que hayan disfrutado de la lectura..

Las amo <3

Ayer no pude escribir y es porque fue semanita santa!!!, espero que hayan buscado huevos de chocolates.. y aprovéchenlo porque yo no puedo comer :c .. es triste... :C

¿Es tarde?  ➻ Kookmin  [T 1&2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora