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"¿Has estado bien?, me han dicho que te has desmayado. ¿Has estado comiendo bien?, últimamente te veo triste y por ello te ayudaré con el ánimo".

Ese día recuerda no haber comido.

Después de haber despertado esa mañana, y estar listo como corresponde, con el traje colándose por encima de su cuerpo. Bajó hacía la planta baja en donde su madre se encontraba sirviendo el desayuno, pero con un movimiento de cabeza por tema de negación.

Su madre quién lo observaba preocupada, había abierto un poco sus labios pero su hijo Jeon se había adelantado antes de que alguna palabra saliera por sus belfos.

-No tengo hambre mamá -le dijo mientras que la observaba. Su rostro se encontraba pálido, el color que tenía en sus mejillas se habían perdido, eso hace que la preocupación de la señora Jeon se intensificara -

-Hijo por favor -le dijo su madre, tocando su rostro con mucha más preocupación -

-Estoy bien madre, comeré algo en la universidad -le comenta, queriendo que la preocupación que se posaba en su madre bajara de nivel -

-No quisiera que te pase algo en el trayecto hijo -le dijo su madre nuevamente -¿Por qué no te quedas mejor en casa?

-Niega suavemente un par de veces - no quisiera perderme de estas clases, son importantes para mí, además en la noche me quedé haciendo un trabajo tarde para entregarlo hoy, por eso hoy no puedo faltar.

-Prométeme que si pasa algo o te sientes mal, por favor Jeon Jungkook tienes que avisarme a mí o llama a tu padre, por favor -implora casi con desesperación -

-Lo prometo madre..

Con aquello se acerca a su madre para besar su mejilla y salir de la casa casi corriendo por la hora que antes había observado. Unos pequeños mareos llegaron a su ser, pero no parecía importarle, parecía que ello no era tan importante para el joven.

Cuándo llega a la universidad lo primero que hace es ir a clases, su estómago estaba rugiendo, implorando ser alimentado, pero sabe que tiene que esperar para el receso. Su mareo comenzó a intensificarse un poco más de lo planeado, pensando que no era nada malo, Jungkook seguía estando en clases, observando como algunos profesores estaban allí mirándolo con un poco de precaución.

Noventa minutos han dado el término de la clase de aquel maestro y entonces allí fue, cuando se levantó para salir del salón para ir a la cafetería, estaba demasiado débil, es por eso que su cuerpo ya no resiste nada más, por lo que cae para contemplarse en la oscuridad.

Una hora después, el castaño había dado inicio de abrir los ojos, por ende encuentra una carta que se encontraba por encima de aquella camilla, y sonríe suavemente. La enfermera del lugar entra, para ir a observar al joven que estaba acostado en la camilla de la habitación.

-¿Cómo....- se ve interrumpida por el joven de allí -

-¿Le puedo pedir un favor? - le pregunta el joven a la persona encargada del lugar. Cuando ella asiente - quiero que tome esa carta que está allí -apunta con sus ojos - y la marque "Veintiuno". -Comenta- y quiero que me lo coloque en l mochila, por favor.

La enfermera hace lo que el joven chico le pide, colocándolo en el lugar que el pide que lo guarde.

-Tu padre viene en camino -informa-

Jeon solo asiente ante ello, cierra los ojos por un momento, esperando a su padre, quien no tarda en llegar para llevarlo a casa.

Cuando llegan su madre, preocupada se acerca a él para verificar del cómo se encontraba y luego de ello, ella le pide a su esposo que por favor llevara a su hijo a su cuarto, algo que el señor Jeon hace.

Cuando se encuentra sólo, se levanta rápidamente de la cama, para ir a donde se encontraba su mochila, abriéndola para sacar la carta y guardarla en esa caja de siempre, y antes de que cualquiera de los dos adultos que intentaban entrar a su habitación, lo vieran de esa manera, es por eso que sólo se acuesta en la cama.

-No estaba triste, realmente me encontraba estresado por el trabajo que tenía que entregar ese día, que al final no lo entregue pero que si lo hice al día siguiente.

Si, estaba hablando sólo en aquella habitación, pero es porque era un aclaramiento a pesar de que la persona que le escribió esa carta y las otras, no estuviera presente para escuchar esa respuesta por parte de él.

Aunque sabía que el desconocido se preocupaba por él, y eso era algo que no se ve siempre por alguien, ni siquiera por sus compañeros, exceptuando a sus verdaderos amigos, quienes le enviaban mensajes del cómo se encontraba.

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Realmente espero que le haya gustado el capítulo, no tenía muchas ideas para escribirlo, sólo deje que mis dedos apretasen botones e hicieran su magia.

Estoy pensando hacer un concurso de escritura.

¿Les gustaría participar?

¿Es tarde?  ➻ Kookmin  [T 1&2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora