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KIM, TAEHYUNG.
Yo no pedí enamorarme de él, solo pasó. Pasó él, con su estúpida sonrisa, su altanería, su arrogancia y la perfecta forma en la que juega con mi mente y con la poca dignidad que me queda. Él, con su simétrico rostro y su trabajado cuerpo de chico que no hace otra cosa que estar en ejercitándose. Pasó, con todo lo que lo caracteriza; su carisma, seguridad, belleza y sus aires de grandeza que lo hacen ver como si fuera un jodido Rey. Si, Jungkook es tan perfecto como un Rey, como esos príncipes que te pintan en las películas de Disney, incluso mejor, porque él si es real.
En pocas palabras, pasó y llegó para quedarse. Jungkook, es ese lindo azabache que no hace más que gustarme de una manera extremamente enferma y para nada normal. Mi obsesión por él no es sana. Y aunque me lo repito varias veces, flaqueo. Siempre caigo cuando se trata de Jeon Jungkook.
¿Pero por qué me gusta tanto?
Es simple, Jeon Jungkook lo tiene todo; es perfecto, es hermoso, talentoso, huele delicioso, viste bien, sonríe lindo y es tan jodidamente bueno en todo lo que hace. No tiene nada que pueda lograr que yo deje de quererlo y mucho menos admirarlo como lo hago. ¡Y vaya que lo he intentado! Todos los días de mi vida me he repetido a mí mismo, que hacer de él una perfección no es sano, no es real, es solo una imagen falsa que me he creado ilusoriamente. Pero, no puedo contra esto que siento, no creo que sea solo una obsesión o una fantasía, aunque claramente, él y yo jamás nos relacionamos o tan siquiera nos dirigimos la palabra.
Con Jungkook, pierdo mi dignidad, la pierdo porque siempre regreso a él, a pesar de que ni siquiera conozca mi nombre, siempre me encuentro rezándole como si de un santo se tratase. El problema, es que ningún chico se le compara, yo solo vivo para él, debo de estar enfermo ¿cierto? Mejor dicho, idiota por jamás perder la esperanza de que él, mágicamente, se enamorará de mi por el hechizo de bruja y terminará casándose conmigo.
Ahora que lo pienso... ¿¡Cómo llegué a este estado de idiotez sin retorno!?
Todo comenzó, desde que éramos demasiado pequeños, yo lo vi y dije; tiene pinta de ser el amor de mi vida y así fue, nunca más salió de mi corazón. No, desde que me robó ese pequeño beso en su casa, cuando apenas teníamos edad, algo tierno e inocente. Fue mi momento favorito aunque a esa edad, no era normal ese tipo de atracción, pero qué iba yo a saber. Yo solo quería tomar su mano, compartir con él mis juguetes y mostrarle mis lugares favoritos. La verdad, ni siquiera sé qué es lo que me enamoró de él, pero como idiota caí a sus pies.
¿FUE FACIL?
No, enamorarme de Jungkook en su faceta de típico popular que se las sabe todas, no fue fácil. ¿¡Cómo me hubiera imaginado que ese lindo niño de mechas azabaches se convertiría en el chico malo y popular del colegio!? De haberlo sabido, quizás me ahorraba tanto sufrimiento. Porque, si digo que no es fácil es porque no es fácil. Me tocó ver con mis propios ojos cómo ese idiota se tiraba a medio colegio, cómo besaba, abrazaba, consentía y quería a todas menos a mí. Y es que, jamás falta a una fiesta y nunca pero nunca, se duerme solo. Siempre existe una u otra chica que gustosa lo acompañaba la noche entera disfrutando de toda la virilidad de ese hombre, porque Jungkook será todo, menos el adolescente que aparenta ser. Jungkook ya es un hombre. Un hombre que es un completo hijo de p***. Porque él tendrá todo para ser considerado un príncipe, menos la intención de serlo pues, jamás se mete en algo serio, siempre era algo de una hora, noche, semana, dos máximos, pero no pasaba de eso, por más que las chicas le rogaran jamás volvían a saber de él. Y ese es chico que me gusta. Que jodido estas Taehyung.
Pero, en la vida siempre hay excepciones y ella es la suya. Justamente, ella fue la causante de mi baja autoestima y las miles de comparaciones que mi mente podría hacer frente al espejo. ¿Es normal compararse con otros y sentirte miserable? Me pasó y me pasa, siempre me pregunto; ¿Por qué ella y no yo? Lo gracioso, es que siempre llego a la misma conclusión; ella es chica, yo no. Y eso, para mí y mi valentía, golpeó duro, porque desde esos momentos perdí todo el coraje que algún momento llegué a tener para declararme a ese lindo pelinegro. Yo jamás podría interesarle a Jungkook, a él le gustan ese tipo de chicas: rubias, dotadas, hermosas y sobre todo chicas. A él le gusta ella. ¿Qué podría ofrecerle un debilucho sin gracia como yo?
Lo sé, Jungkook es mi perdición. Claro que lo sé. Sé que alguien como él no me merece, pero soy bastante idiota como para darme cuenta de eso. Y, es que mi jodida cabeza aún sigue creyendo que entre él y yo pasará algo, supongo que así somos los humanos ¿No? Necios, testarudos, queremos pegar con chicle el agua y tapar el sol con un dedo. Somos egocéntricos, no nos gusta perder, somos raros, a decir verdad. Eso me pasa con Jungkook. No sé qué espero que pase, pero quiero que pase. Mi mente es así; ilusa. Y sí, fantaseo con él, pienso y mucho. Quizás en el fondo me ama y quizás, a pesar de no registrarme, está enamorado de mí, pero en secreto. Uno nunca sabe.
En serio, ¡Que tontos actuamos cuando nos enamoramos! ¡Que mal pensamos! ¡Que mal amamos! Yo lo amo. No, no es un capricho, yo lo amo. Amo a Jeon Jungkook siempre lo hice y lo haré, así pierda mi dignidad haciéndolo.
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¡FIRST CHAPTER!
Espero lo disfruten mucho. les amo mis Pastelitos.
