CHAPTER 11

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KIM, TAEHYUNG

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KIM, TAEHYUNG. 

Estaba agotado, adolorido y con las piernas como si fuesen gelatinas vivientes, eso era más que claro. No quisiera describir la sensación de insaciabilidad que poseía Jungkook porque realmente no sabría cómo. Claramente fue agotador y satisfactorio, Jungkook tenía ese algo que te hacía tener ganas de seguir su ritmo hasta llegar al clímax, a pesar de que él fuese difícil de satisfacer, porque, en la cama, parecía como un cachorro león al que no le dieron su mamila por toda una mañana, era goloso, goloso y devorador. Tenía ese lado erótico que provocaba mi naciente deseo de satisfacerlo, de entregarme hasta sentirme orgulloso de cumplir con sus expectativas. Eso era hacer el amor con Jeon Jungkook. Lo mejor de todo, es que Jungkook no paró hasta que su sed de mí se calmó por completo y sus brazos rodearon mi cuerpo en signo de victoria y cansancio.

Durante el resto de la noche, no gesticuló nunca más palabras bonitas, solo eróticas, demasiado eróticas, tan íntimas que comprendí que a veces el amor va más allá del cuidado, de la monotonía de tener sexo con tu pareja solo para saciar las ganas, comprendí que amar a una persona trata del hecho de explorarse, de conocerse más allá de lo que ya damos por seguro. Y vaya que ese hermoso azabache tenía mucho por ofrecer y conocer. Jungkook, desde ese momento, dejó de ser solo el adolescente del que estaba enamorado, él era una caja de sorpresas que gustoso exploraría o mejor dicho explotaría. Joder todo fue tan caliente y perverso, tan lujurioso que, si la iglesia escuchara nuestra confesión no duraría en tacharnos de pecadores.

Me habría quedado a dormir a su lado, de hecho, descubrí que no existía un lugar más cómodo que no fuesen sus brazos y el latir calmado de su corazón abrigado por el calor de su pecho, pero no sabría cómo enfrentar esa situación al despertar, por lo que con cuidado tomé mis cosas y salí de allí antes de que despertara. Lo sé, no debería de haber hecho eso, él y yo no somos amantes, él y yo somos futuros esposos, pero mi pánico de novio primerizo me ganó y casi que hui de allí.

Cuando amaneció, me sentía tan feliz. Sentía que podría hasta perderse el mundo y, aun así, no afectaría en lo mínimo mi positividad y mi obvia estupidez de adolescente enamorado. Apenas desperté, le había mandado un texto para darle los buenos días con palabras dulces como las que él me dijo, sé que vio mi texto, pero no respondió, supuse que era porque estaba ocupado. Con eso de que su padre no está, de seguro tiene que prepararse su desayuno solo y claramente apenas tiene tiempo para asistir a clases, así que no me preocupé tanto. Pero, pensé en ello, Jungkookie ahora está solo y siempre termina agotado después de su entrenamiento y más sabiendo lo exigente que es mi padre con sus alumnos. ¿Y si le preparo su almuerzo? No quería presumir, pero era muy bueno en la cocina, mis abuelas solían decirme que un corazón no se conquista por los ojos sino por el estómago, así que me enseñaron a ser un buen conquistador, de esos que seducen con los olores y deleitan con la presentación hasta hacerte llegar al clímax cuando la comida tiene contacto con el paladar. Definitivamente le haría el almuerzo a mi novio, porque estoy seguro que hoy Kookie me pediría ser su novio.

¿Y Mi Dignidad? KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora