CHAPTER 24

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PARK, JIMIN.

Caminaba directo a la casa del chico que me gustaba, Kim Taehyung, mi segundo amigo después de Jung Hoseok y campeón olímpico de no darse cuenta de que tiene a más de uno con la baba en el piso. Hoy, teníamos un almuerzo con su familia, una frase que solo vive, en mi caso, en libros o en vidas ajenas porque nunca tuve algo como el estilo.

Al momento de tocar el timbre, fue inevitable sentirme nervioso. Si, ya había pasado por allí cientos de veces y me había acercado a Tae otras mil más, como si fuésemos amigos de toda la vida, pero... eso no quita que mi corazón se acelere bobamente cada vez que le veo. Él... él rompe mis barreras y me hace ronronear como gatito cada vez que lo tengo a menos de un metro de mí. Con él, hasta me pongo nervioso de ser coqueto y yo soy de ese tipo de chicos que tienen mucha confianza en sí mismo. Hoseokie, debió de sufrir un infierno a su lado. Y, no lo digo de una mala manera, sino por el hecho de que amarlo tanto, tenerlo cerca, conformarse siendo solo su amigo y sobrevivir a sus caricias sin tener el impulso de devorarlo en el camino solo podrían hacerlo valientes o, ciegos, porque vaya que el castañito estaba hermoso. Todavía recuerdo cuando Hoseokie se apareció por mi casa, en la madrugada, llorando porque se había visto cómo Tae metía en su casa a Jungkook sin que sus padres se dieran cuenta. Fue una noche antes de su partida y, aun así, con el corazón roto estuvo compartiendo todo el día con el chico que lo había lastimado, pero que antes de todo era su mejor amigo. Yo, no habría podido.

Con toda la valentía que acumulé en todo el viaje, toqué el timbre y no tardó en aparecer el culpable de mis desvelos por la puerta. Estaba hermoso, sus ojos en medio de los rayos del sol solían verse más claros, intensos y jodidamente hipnotizantes. Y, su sonrisa, era mucho más grande y destellante. Era imposible no notarlo y mucho menos enamorarse de él, supongo que todos caen ante su pureza y para personas como yo, Hoseok y Jungkook, personas con un pasado oscuro, Taehyung suele ser como la droga; adictiva y placentera. Él, con su realidad de colores suelen darnos esperanza, o al menos a mí sí.

- Jiminie, por fin llegaste, te estaba esperando - ¿Por qué tenía que ser tan bonito? Además, olía demasiado bien, el aroma a vainilla ya era característico de él y me encantaba. No se parecía en nada al aroma de vacío y oscuridad que emanaba mi casa.

- Yo... había demasiado tráfico. – Mentira, tenía miedo de llegar. – Es obvio que notó que mentía porque sonrío con esa geométrica sonrisa que me encantaba. ¿Desde cuándo me sonrojaba así de fácil? ¡Claro desde que me gusta él! Taehyung, emanaba un brillo que me daba esperanzas.

- Anda pasa, te estábamos esperando, madre hizo sus platillos favoritos solo para ti. Y, Nam, utilizó sus viajes por Argentina para hacer un rico asado, ja. Aunque, creo que no le sale tan bien como Jina, ella viajó mucho más por allí. – Él, estaba rodeado de tantas personas que le querían, y lo entendía, ¿Quién no podría quererle?

¿Y Mi Dignidad? KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora