CHAPTER 33

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Okey, les va a doler

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Okey, les va a doler.

KIM, TAEHYUNG. 

Al día siguiente, me desperté muy temprano y sin hacer el más mínimo ruido para evitar que él se despertase. Salí a la ciudad a comprarle el desayuno, necesitaba alimentarse bien y la comida del hospital no es tan saludable como parece. Fui a la cafetería más cercana, vi un sinfín de manjares que me costó muchísimo decidir, aunque al final, terminé comprando una variedad de todo. También, aproveché para comprarle frutas y su leche de plátano, es que sé que le fascina.

Cuando regresé, apenas estaba despertando y, joder táchenme de pervertido, pero es que no hay cosa más linda que; ver a ese azabache despertar, se veía completamente hermoso y sexy. Su cabello estaba alborotado, sus ojitos aun hinchados y sus labios todos rojitos por el maltrato del día anterior, aun así, se veía como la creación perfecta de un dios supremo. Caminé con toda la confianza y me senté a su lado dejando las compras en la reposera, quería mostrarle seguridad, confianza y valentía. Quería que viviera momentos felices así sean los más ordinarios posibles. Estaba dispuesto a hacerlo feliz cada segundo de mi vida y para el resto de ella. 

- Buen día, Jungkookie. – Me acerqué y besé sus labios fugazmente aun con miedo a que se alejara de mí, pero no lo hizo, solo permanecía en silencio y sabía muy bien por qué, también estaba siendo muy incómodo para mí, no sabía qué decir.

- Yo... - No, no quería pensar en lo que se venía si le dejaba continuar. Pensé rápido y creo que pensé bien.

- No tienes que decir nada si no quieres Jungkookie, si necesitas tiempo lo respetare y no cuestionaré absolutamente nada, lo único que te voy a exigir es que me permitas permanecer a tu lado y no me alejes de ti como si quemase. – Pensé en lo genial que sonó eso y me sentí un poquito orgulloso de mi, aunque, ahora tenía miedo por la respuesta, no quería alejarme de él, no podría.

- Tae, yo... yo no sé cómo pagarte por esto. – Odiaba verlo así, tan frágil, tan destruido y desanimado. – Si te quedas... - No, no permitiré que nuevamente me eche a patadas de su vida, esta vez me pegaré a él cual pulga. Nunca jamás nos volveríamos a separar. 

- Yo sí sé cómo. – Me abalancé hacia él, abrazando su cuello y besándolo de la manera tan necesitada y cariñosa posible. Quería que se sintiera querido, que entendiera que era muy importante para mí y se olvidara de las cosas negativas. – Sentí cómo sus labios se alineaban en una tímida sonrisa cuando aún estaban pegados contra los míos y pude percibir el calor de sus manos en mi espalda.

- Cálmate cariño, aun me duele todo el cuerpo. – Estaba sonriendo, observándome, y no pude evitar sentir la vergüenza invadirme al mismo tiempo que lo hacía el calor en mis mejillas. Me alejé de él y pude notar que estaba frente a la presencia de mi Jungkookie, lo sabía porque sus luceros estaban allí, brillantes, hermosos, cálidos y extremadamente perfectos, lo sabía por esa hermosa sonrisa que adornaba su rostro.

¿Y Mi Dignidad? KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora