CHAPTER 18

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KIM, TAEHYUNG

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KIM, TAEHYUNG. 

Me sentía un tanto mareado por la exquisitez de su perfume embriagador esparciéndose por cada parte de mi cuerpo, deleitándome con la perfecta idea de sentir la madurez penetrar todo mi ser. Dios, me sentía tan pequeño, tan inexperto y tan predispuesto a todo, y me gustaba. No, no estoy seguro de si el alcohol ya había hecho efecto en mi sistema o si eran efectos secundarios de la soledad y el rechazo por parte de Jungkook. Lo único que sé, es que quería atención, un poco de entretenimiento con Jong, quería que alguien como él me mirase, me deseara. ¿Acaso eso era algo posible? Aunque, muy en el fondo, sabía que todo lo quería, era que el dolor no volviera y Lee tenía ese poder, de ahí tanta atracción.

- Así que tú eres el primo pequeño de Kim Namjoon, el pobrecito que perdió a su mejor amigo. – Genial era un gilipollas igual que Jeon, pero con madurez y mucho billete.

- Si. - No quise sonar cortante, pero es que él me ponía bastante nervioso y me molestó la manera tan arrogante en la que menosprecio el duelo por la separación de mi mejor amigo. Pero, luego comprendí que cuando eres adulto cosas como esas no importan tanto, al final siempre quedas solo.

- Y dime, ¿Qué hace un niñito como tú en un lugar como estos? ¿Acaso tienes edad?

- Tengo 17 y vine con mi primo, quien pagó al guardia para que me deje pasar.

-- Vaya primo que te cargas, no lo veo por aquí.

- Él... tú sabes en dónde está, eres su amigo y vinimos juntos. – Perdón, no sé captar indirectas.

- Claro, debe de estar cerrando negocios con algún sujeto amante de las putas de este lugar y tuvo que dejarte a ti, aquí, solo, desprotegido. – Me miraba como si fuese una presa, pero al mismo tiempo como un maldito dilema en su jodida vida de niño rico.

- Puedo cuidarme solo. – Si, ahí me tienen desperdiciando la oportunidad de mi vida.

- No dije que puedas hacerlo. ¿Aun vas al instituto? – Joder su voz era tan caliente.

- Si, me falta un año para terminar.

- Pero, aun así, quieres jugar conmigo ¿cierto? - ¿Acaso era tan obvio?

- ¿Disculpa?

- Cariño, desde aquí puedo sentir como tus piernas tiemblan suplicando por un poco de atención.

- ¿Y me la darás? - ¿Qué coño estaba diciendo?

- Digamos que los niñatos no van conmigo, pero viéndote... - Me analizó de pies a cabeza, poniéndome demasiado nervioso e incómodo. Delineó con su dedo un camino desde mi pierna hasta detenerse en mi entrepierna. - Creo que podría hacer una excepción contigo. - ¡Dios esa mirada ladina me ponía los pelos de punta!

Agradecí al cielo que lo hiciera, porque madre mía, amaba a Jeon Jungkook, pero debo de admitir que deseaba tanto al hombre sentado a un lado mío, que hasta incluso suplicaría por una noche en su cama. Y es que, se veía tan maduro y varonil, era de esos hombres que tienen el cuerpo, el status, el poder de someterte si así lo desearán y yo quería que él lo hiciera. Además, del hecho de que su forma reservada, déspota y frívola de comportarse me causaba curiosidad. Mas allá, de que sus camisas negras y pantalones pegados a su cuerpo con ese saco negro, un trago de ron en su mano y un pucho en la otra, lo hacían ver demasiado apetitoso, salvaje, y excitante.

¿Y Mi Dignidad? KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora