Capítulo 1. Limitaciones

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Los personajes utilizados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus respectivos autores.

Sintió una pequeña molestia en sus ojos color violeta, debido a la luz que lograba escabullirse por la ventana situada a un lado de la cama donde se encontraba reposando. Por un momento maldijo al sol por interrumpir su sueño y quiso volver a descansar por unos minutos mas, sin embargo, al percatarse de su situación se levantó estrepitosamente, observando el sitio en el que se hallaba.

— ¿Qué es este lugar?... Yo estaba en — Se detuvo antes de terminar la oración y miró sus manos, detallándolas cuidadosamente para comprobar de que todo era real y no su imaginación tratando de jugarle una mala broma. Ahí fue cuando lo recordó, ese color rojo, tan rojo como la sangre. El miedo invadió todo su cuerpo solo de pensar en eso.

— ¡Yo de - debería estar MUERTA! — exclamó con fuerza.


Sus pasos se dirigían rumbo a la cocina. Quería comer un buen desayuno antes de salir y realizar sus actividades que realizaba a diario, tenía que ir a revisar los cultivos que probablemente pronto estarían listos para ser recolectados.

— Ya casi se acaba lo que compré la semana pasada y tampoco me queda mucho dinero, por suerte seguramente mañana algunos de los vegetales estarán listos y podré ir a venderlos, supongo que al menos hoy tendré que cazar algo para cenar o quizá mejor iré al río, tiene tiempo que no pruebo un pez — dijo pensando en que hacer para satisfacer su apetito. Después de terminar su desayuno salió de casa y fue a la parte trasera de ésta, había un amplio terreno que aprovechó para cultivar.

Examinaba con detalle cada vegetal y planta sembrada para verificar que se encontraran en perfecto estado y tal como lo imaginó mañana mismo podría hacer la recolecta de unos cuantos, los suficientes para tener una buena venta. Pasadas algunas horas terminó y dio un suspiro, sonrió de satisfacción al ver que todo se encontraba bien, sin más que hacer regresó a la vivienda.

— ¡Ya regresé! — dijo al entrar, pero lo único que hubo fue silencio, ya se había acostumbrado a no recibir respuesta alguna, a pesar de eso, seguía diciéndolo quizás con la esperanza de que en una ocasión alguien le diera la bienvenida. 

Sin darle mucha importancia fue directo a su habitación y se cambió de ropa. El clásico color naranja y azul marino resaltaban su atuendo que tanto le gusta usar. Se sentó en postura de loto juntando sus manos y cerró sus ojos para meditar frente al estanque ubicado justo delante de la casa, era un lugar hermoso rodeado de vegetación y la tranquilidad lo hacía aún mejor.

Las horas pasaron tranquilamente sin nada ni nadie que le interrumpiese, solo las pequeñas aves que alegraban el ambiente con su canto, después de todo era un lugar bello y bastante amplio. Definitivamente agradecía su suerte por haber encontrado ese sitio.

— ¡Ay! Como quisiera poder entrenar como se debe, este entrenamiento me ayuda bastante pero no es suficiente, si no ejercito mi cuerpo no servirá de nada, lo peor de todo es que no puedo hacerlo hasta encontrar una manera de lidiar con esto — espetó colocando una mano sobre su pecho. Se sentía bastante frustrado, pero no se daría por vencido hasta encontrar una solución.

Levantó la mirada hacia el cielo contemplando el tono rojizo cálido que anunciaba el clímax del día. Ya tenía bastante hambre por lo que fue al río que estaba a un par de kilómetros a cazar algo para la cena y después irse a dormir temprano, mañana le esperaba un largo día.

Al día siguiente se le podía ver apilando las cajas con los vegetales listos, usaría la teletransportación para llegar a la ciudad más rápido, no tenía un vehículo ni tampoco podía ir volando por obvias razones. Lo que hacía era teletransportarse a un callejón situado a un lado de una panadería, el dueño era un buen amigo de Goku, siempre compraba ahí por lo que localizando su ki se le hacía fácil ir a ese lugar, además de que el mercado a donde se dirigía estaba relativamente cerca.

Conociendo lo sobrenaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora