Capítulo 7. Duelo entre clanes

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Los personajes mostrados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus respectivos autores.

— Ya es momento de irnos — dijo Rias junto a su grupo y todas sus cosas listas para irse.

Aún era temprano, pero cada uno de ellos necesitaba descansar en sus respectivas casas hasta que llegara la hora exacta.

— ¡Buena suerte! Estoy seguro que darán lo mejor de sí para no perder. Y, por cierto, muchas gracias, Rias, por permitir que sigamos quedándonos en este lugar — comentó Goku agradeciéndole y deseándoles suerte a todos.

— No es nada, es parte de nuestro acuerdo, por lo que no hay problema. Al fin y al cabo, no solemos habitar esta mansión. Yo estoy agradecida contigo por tratar de ayudarme en esto, en verdad lo siento por no haberlo conseguido — la pelirroja habló algo decepcionada consigo misma.

— No te desanimes. Si haces exactamente lo que te dije es seguro que lo conseguirás, lo único que necesitas es tener confianza en tu propia fuerza.

Nadie entendía de lo que hablaban, ninguno de los dos quiso decir lo que hacían cada mañana durante esos días. Akeno era la única que lo sabía, al ser la Reina y la mejor amiga de Rias, tuvo que contarle.

— Cuida de ese ángel caído. No quiero que ocasione más problemas en mi territorio. Nos veremos después, Goku — Rias terminó de hablar y una luz comenzó a envolverlos mientras todos se despedían solo del chico.

Raynare al fin estaba contenta de que se fueran, ese momento lo estuvo esperando por 10 días, para ella en realidad fue una eternidad.

— Tienen una forma interesante de transportarse, ¿Qué harás ahora, Raynare? — él le preguntó teniendo esa duda.

Ella fue curada por Asia después de que Goku se lo pidiera, en un principio se negó, pero al final Asia lo hizo de todos modos. Durante esos días la chica de alas negras tuvo muchas cosas en que pensar. La relación que terminó teniendo con los demonios del clan Gremory, el hecho de que Asia la curó a pesar del daño que le provocó y como es que Goku la ha apoyado hasta ahora. Todo eso quizás hizo que algo en su interior cambiara, aunque sea un poco.

— Quiero pensar durante un tiempo sobre lo que haré ahora con mi vida. Hace algunas semanas anhelaba el Sacred Gear de Asia para ganarme el amor y cariño de Azazel-sama y Shemhazai-sama, así podría vengarme de lo que me han hecho otros ángeles caídos. Pero ahora, quiero aclarar mis ideas, espero y no te incomodé que me quede por unos cuantos días más — Raynare terminó de hablar mirando al pelinegro.

— Por mí no hay problema. Yo me iré por unas horas, tengo algo muy importante que hacer. Llegaré para preparar la cena.

— De acuerdo, solo no tardes, sabes que yo no sé cocinar y ahora solo tú puedes hacerlo — le dijo entrando a la mansión.

Goku fue a su habitación por algo que necesitaba y posteriormente se fue a otro lugar para entrenar. Algunas horas después, regresó y se le veía demasiado feliz, él sentía como si su cuerpo se renovara.

Desde hace unos días Raynare lo notó más feliz de lo habitual, incluso ella y el clan Gremory se sorprendieron al ver que de un momento a otro su apetito aumentó. Goku comía mucho, pero no lo habían visto comer tanto. En estos momentos ambos estaban comiendo.

— Parece que te sientes mucho mejor — ella comentó mientras seguía degustando la comida.

— Si, me siento estupendo. A partir de ahora voy a entrenar más seguido, así que me voy ausentar más tiempo.

La chica solo asintió, no le importaba mucho lo que él hiciera, aunque a veces por alguna razón se sentía un poco sola cuando Goku se iba con Rias o hablaba con los demás.

Conociendo lo sobrenaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora