Capítulo 22. Un día de compras infinito.

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Los personajes mostrados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus respectivos autores.

Habían transcurrido pocos días después de la batalla contra Kokabiel y la Súcubo. Cada quien pareció volver a sus rutinas habituales, aunque muchas personas y seres sobrenaturales seguían buscando una explicación a la energía que hizo temblar todo el planeta.

La Academia Kuoh fue reconstruida por personal enviado directamente del rey demonio. También se encargaron de arreglar los daños que se extendieron por la ciudad. Asimismo, las personas que atestiguaron esos eventos fueron suprimidas de sus recuerdos.

Era un fin de semana en el que Issei, Kiba, Koneko, Asia y los amigos del castaño se reunirían para divertirse. Goku fue invitado, pero se negó debido a que no quería dejar a Ophis sola y porque Raynare no aceptó ir, por lo que prefirió quedarse en casa.

Rias y Raynare se encontraban tomando un baño juntas, por más increíble que pareciera eso. A la chica pelirroja no le importaba hacerlo, a Raynare le molestaba un poco, pero no encontró una excusa para evitar estar ahí. Después de todo en esa mansión había un baño enorme.

— ¿Quieres que vaya con ustedes de compras? — la pelinegra preguntó algo sorprendida.

— Si. Akeno y yo iremos a comprar un traje de baño, ya que se nos permitirá usar la piscina en unos días. Invité a Goku y el aceptó ir, Ophis tampoco tuvo inconveniente. Imaginé que tu igual querrías ir a comprar uno — Rias terminó de decir mientras enjabonaba su cuerpo.

— No lo sé. No parece que yo le agrade a la mitad demonio. De hecho, creo que sigo sin agradarle a todos ustedes.

Rias movió un poco sus ojos al escuchar como llamó a Akeno, pero lo dejó pasar.

— Eso es cierto. Pero es mejor que comencemos a llevarnos mejor desde ahora. Hablé con todos y están dispuestos a tratar de olvidar ese rencor. Entonces, ¿qué dices?

Raynare lo meditó por unos segundos y terminó aceptando la idea.

— No tengo nada que hacer, así que está bien.

— ¡Perfecto! ¡Me aseguraré de escoger el mejor de todos! — Rias dijo sonriendo.

La pelinegra igual curvó sus labios pensando en algo.

— Yo buscaré uno que sea de mi agrado y del gusto de Son-kun.

La princesa Gremory se quedó estática al escucharla decir eso

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La princesa Gremory se quedó estática al escucharla decir eso.

— ¿Desde cuándo lo llamas de esa forma?

— Decidí llamarlo así cuando terminó la pelea de hace unos días. Incluso lo abracé como agradecimiento. Sabes, nunca imaginé que la sensación de tocar su torso desnudo fuera tan agradable y placentera. Cada vez que lo recuerdo se me estremece todo el cuerpo — Raynare finalizó con una gran sonrisa.

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