Goku en High School DxD. Por un extraño acontecimiento que Goku desconoce, se encuentra en un mundo distinto al suyo donde conocerá a muchas otras personas que cambiarán su vida. Otro tipo de aventuras y desgracias le esperan habitando ese lugar.
Los personajes mostrados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus respectivos autores.
Rias y Raynare volvieron a casa después del agotador día que tuvieron. La princesa Gremory se veía decaída debido a la decisión de su caballo de separarse de ella. El enfrentamiento que tuvieron en contra de Irina y Xenovia concluyó con la victoria de ambas chicas de la iglesia. Afortunadamente Raynare solo recibió un pequeño corte en su brazo izquierdo, pero fue suficiente para hacerla perder todas sus fuerzas y no poder continuar. Lo mismo sucedió con Issei, solo que el terminó peor debido al golpe que Koneko le dio por destruir su ropa y la de Asia accidentalmente, además también fue cortado en su estómago, pero la chica rubia se encargó de curar a todos al término del combate.
— Fue una mala idea aceptar hacer equipo con ese pervertido — habló Raynare con fastidio y agradeciendo que no fue ella a la que el Dress Break de Issei afectó.
Miró a la chica pelirroja que se había mantenido callada todo el tiempo y con los ánimos por el suelo.
— Iré a dormir, mañana tengo muchas cosas por hacer. Buenas noches, Raynare-san — Rias se despidió yendo a su habitación.
La pelinegra comprendía su situación, pero era algo que no le interesaba mucho. Lo que en verdad le intrigaba es el asunto de las Excalibur y Kokabiel. Ella tenía respeto hacía el líder de los ángeles caídos, no tanto como Azazel o Shemhazai, pero si lo suficiente al ser su superior.
Unos cuantos días pasaron y Goku aún no volvía a casa, lo cual hacía que Rias y Raynare se preocuparan por el largo tiempo que ha estado fuera junto a Ophis.
Las dos hermosas chicas desayunaban tranquilamente antes de que la princesa Gremory se retirara a la academia.
— ¿No han sabido nada sobre las espadas sagradas? — Raynare hizo esa pregunta haciendo que Rias la mire.
— Hasta ahora no tenemos información por parte de Xenovia e Irina, pero estoy completamente segura que Ise y Koneko se están involucrando en esto y me tiene muy preocupada. Posiblemente quieren ayudar a Yuuto a volver — comentó Rias recordando el extraño comportamiento de sus sirvientes durante los últimos días.
Raynare entrecerró los ojos analizando las palabras de la otra chica.
Mas tarde ese mismo día. La noche ya había llegado y por las calles sin gente de la ciudad Kuoh, unas personas con ropa de sacerdotes y cruces falsas caminaban tranquilamente. Se trataba de Issei, Koneko, Kiba y Saji que buscaban al sacerdote loco de las Excalibur.
— Ningún progreso hoy tampoco — Saji dijo como si perdiera el interés.
El chico del clan Sitri era el más entusiasmado en ayudar a Kiba, aunque en un inicio se negaba a la idea de hacer algo a espaldas de su presidenta.
Mientras seguían caminando, Kiba que iba por delante de todos, se detuvo de repente.
— Yuuto-senpai.
Koneko parecía percibir algo igualmente.
— ¡Mira arriba! — Saji gritó haciendo que todos alzaran la vista y vieran a un chico de pelo blanco vestido de sacerdote cayendo con una espada larga.
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