Conociendo lo sobrenatural

Capítulo 17. ¿No estamos solos en el universo?

Los personajes mostrados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus respectivos autores.

El universo 7 gozaba de una gran paz después de haber sufrido la aniquilación masiva de seres vivos por parte del devorador de planetas, mejor conocido como Moro. En el cuartel general de la patrulla galáctica se llevaba a cabo una ceremonia para condecorar por sus heroicas acciones a los que fueron participes en la batalla para detener al astrófago.

Goku estaba bastante feliz de que su amigo y maestro, Merus, estuviera con vida después de haber visto con sus propios ojos como era borrado de la existencia al romper las leyes angelicales.

— Si que ha sido problemático lidiar con Moro, ¿no crees, Vegeta? — inquirió Goku comiendo un pedazo de carne.

— Nos ocasionó muchos problemas. Lo importante es que logramos vencerlo, aunque seguiré entrenando para no volver a perder ante alguien con habilidades así — declaró el príncipe de los saiyajin.

— Jaja, yo también. Aunque haya logrado acceder al estado completo del ultra instinto, todavía puedo perfeccionarlo más y ser más fuerte. Deben existir muchos seres fuertes por los otros universos — dijo el chico emocionado por imaginar otro tipo de rivales a los cuales podría enfrentar.

En la Tierra. Bulma se encontraba planeando una gran fiesta para reconocer a los guerreros Z por su gran esfuerzo en la pelea. Días antes, se había realizado una pequeña celebración en la casa de Mr. Satán, pero esta fiesta era principalmente para agradecer a Goku y Vegeta por todo lo que han hecho por proteger al planeta. Todos esperaban ansiosos que ambos regresaran del cuartel general de la patrulla galáctica para poder divertirse y convivir con sus familias y amigos, o al menos eso era lo que todos esperarían.

La academia Kuoh era rodeada por una fuerte barrera creada por el clan Sitri para evitar daños a los alrededores del campo de batalla.

Kiba estaba a punto de lanzarse en contra del viejo de Valper Galilei, pero él empezó a hablar como si se diera cuenta de algo muy importante.

— ¡Ya veo! ¡Ahora lo entiendo! Santo y demoniaco. Esa sería una explicación de si los seres que representan ambos se desequilibran. Entonces no solo el Rey Demonio sino Dios también... — no pudo completar su oración porque una lanza atravesó su pecho y seguidamente su cuerpo expulsó una sólida cantidad de sangre.

— Valper, fuiste de provecho. El hecho de que llegaste a esa conclusión lo demuestra, pero no me importa si estás conmigo o no. Podría haberlo hecho por mi mismo desde el principio — Kokabiel se mofaba mientras se mantenía en el aire.

Comenzó a reír en voz alta y aterrizó en el suelo con una abrumadora presión, plantándose frente al clan Gremory y Raynare.

— Aumenta tu poder de Sekiryuutei y transfiéreselo a otra persona — el ángel caído dijo sonriendo y sin miedo.

— ¿Estás tratando de darnos una oportunidad? ¡No pierdas el tiempo! — Rias dijo enfurecida.

— ¿Qué no pierda el tiempo? Jajaja. Ustedes son los que están jugando, ¿creen que me pueden vencer?

Todos temblaban de miedo al sentir su gran poder. No podía compararse a su anterior batalla contra la casa Phoenix, ya que esto era de vida o muerte.

— Ise, utiliza tu Sacred Gear — su presidenta le dijo seriamente.

Issei obedeció y junto con el sonido mecánico del guante, una luz roja brillaba de su Sacred Gear.

Esperaron unos pocos minutos hasta que el poder del castaño aumentara lo necesario. Durante ese lapso nadie hizo, aunque sea un mínimo movimiento.