Capítulo 3. Raynare

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Los personajes mostrados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus respectivos autores.

Descendió frente a la puerta de la vivienda, entró con cuidado y recostó a la chica en la cama de una de las habitaciones del segundo piso. Goku la observaba para encontrar todas las heridas en su cuerpo producidas por ese ataque que la habría matado.

Salió de la habitación para ir por el botiquín de primeros auxilios. Después de haber vendado y limpiado todas las heridas del ángel caído fue a su habitación y se dejó caer en la cama dando un suspiro de cansancio. Había sido un día interesante.

— Parece que esos chicos fueron a rescatar a la pequeña que salvé y la chica que traje dijo que quería su poder. ¿Habré hecho bien en salvarla? Bueno, supongo que no hay problema porque al final todo salió bien, ahora solo... — detuvo sus indagaciones por un fuerte dolor, llevó su mano a su pecho y puso una expresión que reflejaba el intenso dolor que sentía.

Sin alejar su mano de esa parte de su cuerpo, concentró Ki para tratar de disminuir su sufrimiento.

— ¡Mal - Maldición! Otra vez está doliendo demasiado, es mejor que me dé una ducha y cambie el vendaje.

Hizo lo dicho y se fue a dormir tratando de descansar y que el dolor desapareciera.

A la mañana siguiente despertó algo temprano. Ya se sentía mucho mejor, todo estaría bien siempre y cuando no comience a tener ese malestar de nuevo. Esta vez usaría su dogi desde temprano, quería ir a meditar y tranquilizar su mente. Antes de eso, fue a la habitación donde dejó a la chica de alas negras para ver cómo se encontraba.

Entró cuidadosamente y observó que aún seguía profundamente dormida. Salió de la casa y realizó algunos estiramientos. Durante una hora se dispuso a meditar levitando sobre el estanque. Cuando finalizó, su estómago empezó a pedirle alimento, así que fue directo a la cocina para preparar el desayuno. 

La chica comenzó a despertar por culpa de los rayos del sol que incidían en su rostro directamente, se sentía cansada así que quería continuar con su sueño, pero inmediatamente se olvidó de eso y se puso de pie bruscamente. 

Giró su cabeza hacía todos lados para detallar la habitación

— ¿Qué es este lugar?... Yo estaba en — Se detuvo antes de terminar la oración y miró sus manos, detallándolas cuidadosamente para comprobar de que todo era real y no su imaginación tratando de jugarle una mala broma. Ahí fue cuando lo recordó, ese color rojo, tan rojo como la sangre. Todo su cuerpo comenzó a temblar al recordar eso.

— ¡Yo de - debería estar MUERTA! — exclamó con fuerza.

Al seguir examinándose para asegurarse que en verdad estuviera con vida notó que varias partes de su cuerpo se encontraban vendadas. Trató de quitárselas, pero no lo hizo al ver que cubrían algunas quemaduras en su piel. Parecía ser que todo lo que recordaba era real, el plan para apoderarse de la Twilight Healing y poder aumentar de rango, el ritual estropeado en la vieja iglesia, la pelea con aquel demonio que resultó ser el poseedor del Booster Gear y sobre todo su supuesta muerte a manos de la hija de la casa Gremory.

Todo era tan confuso y extraño que no lo comprendía. No había posibilidad de que sobreviviera ante ese ataque y a esa distancia, entonces ¿Cómo estaba con vida?

Esos pensamientos y dudas quedaron a un lado al olfatear un delicioso olor que provenía de otra parte de la casa. Eso quería decir que no estaba sola y muy probablemente quien sea que este en ese lugar tendría respuestas para todo esto.

Caminó por el pasillo y bajó las escaleras hasta llegar a la fuente del aroma, percibía una presencia, no desprendía algún poder mágico así que la única posibilidad es que se tratara de un humano.

Conociendo lo sobrenaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora