Capítulo 21. Confusión

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Los personajes mostrados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus respectivos autores.

— Eh, chicas. No puedo respirar bien porque siguen encima de mi — el chico dijo tratando de apartarlas.

Ambas chicas se percataron de ello y se levantaron de inmediato.

— ¿Qué les parece si regresamos a la mansión? Estoy exhausta después de todo este lio — Raynare dijo esperando descansar al fin.

— Si, a decir verdad, quisiera comer algo. Me estoy muriendo de hambre — Goku comentó sonriendo con sus ojos cerrados.

Mientras continuaba riendo, todo se silenció de repente.

— ¡Goku! ¡El almuerzo está listo!

El chico abrió inmediatamente sus ojos al escuchar el sonido de esa voz tan familiar.

— ¿Chi-Chi?

Se preguntó ese nombre deteniendo su risa al instante. Cuando se dio cuenta, todo su entorno había cambiado y ahora se encontraba en la habitación de su verdadera casa. Goku se acercó cautelosamente a la cocina mientras mantenía un rostro de completa intriga.

— Papá, ¿Cómo te fue en el cultivo hoy? — le preguntó un pequeño niño idéntico a él al verlo llegar.

— ¿Goten? ¿En verdad eres tú? — le preguntó incrédulo y esperando que todo fuera real.

— Claro que es Goten, Goku. ¿Acaso olvidaste de nuevo que tu hijo llega temprano a casa hoy? — le dijo una hermosa mujer de pelo negro.

Goku no entendía lo que sucedía, pero estaba extremadamente feliz de volver a ver a su esposa e hijo. Sin perder tiempo, abrazó a ambos fuertemente sin ocultar la enorme felicidad de estar en su hogar nuevamente.

— ¿Qué te sucede, Goku? — le preguntó su esposa algo sorprendida por el repentino gesto por parte del pelinegro.

Goten solo sonreía, le gustaba mucho cuando su papá mostraba ese tipo de gestos hacía ellos.

— ¡Chi-Chi! ¡Goten! ¡Los extrañé demasiado durante todo este tiempo! ¡Estoy tan feliz de que se encuentren bien! — Goku expresó sus pensamientos con una sonrisa que no cabía en su rostro.

— Pero si solo entraste a la habitación a cambiarte de ropa. No nos hemos ido a ninguna parte — la bella mujer le respondió confusa por lo que su esposo decía.

— Quizás mi papá está cansado de trabajar toda la mañana en el cultivo — Goten hizo un comentario queriendo explicar el particular comportamiento de su padre.

— Tienes razón, hijo. Goku, es mejor que tomes asiento y comiences a comer. Ya he terminado de cocinar todo.

Goku hizo caso a sus palabras y miró con gusto todos los deliciosos platillos que le esperaban sobre la mesa. Extrañaba tanto ese aroma de la comida que tanto le gustaba, preparada por su esposa.

— Papá, ¿cosechaste todo hoy? — inquirió el pequeño Goten.

— ¿Cosechar? Eh, supongo que sí, jeje — le respondió no muy seguro.

Todavía se encontraba confuso con todo eso.

— Goku aprende cada vez más la forma en cómo se debe trabajar. Puede ir a entrenar cuando quiera, pero necesita traer dinero a esta casa como cualquier otro padre responsable — su esposa hizo un comentario con una gran sonrisa al ver que Goku cumplía con sus deberes.

El chico solo se limitó a reír nerviosamente y después inició a comer felizmente la comida que le fascinaba.

— Por cierto. Gohan llamó hace unas horas y nos invitó a su casa a cenar esta noche — Chi-Chi dijo esperando una respuesta por parte de Goku.

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