Goku en High School DxD. Por un extraño acontecimiento que Goku desconoce, se encuentra en un mundo distinto al suyo donde conocerá a muchas otras personas que cambiarán su vida. Otro tipo de aventuras y desgracias le esperan habitando ese lugar.
Los personajes mostrados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus respectivos autores.
Los ojos de Ophis señalaban al frente, donde un gran campo con diversas plantas se situaba. El dios dragón del infinito comía unas golosinas, sentada en una silla mirando a dos personas. Raynare y Goku caminaban detallando las verdes hojas del cultivo.
— No sé cómo distinguir si se encuentran bien o no — la chica dijo observando por distintos ángulos una planta.
— No es nada del otro mundo, solo tienes que evaluar el aspecto de las hojas e incluso con el olor que desprenden puedes identificar como se encuentra. Esos de ahí son rábanos, no crecen rápido en esta época del año, pero si les tienes un buen cuidado no habrá problema con eso — Goku terminó de explicar con una sonrisa.
— Puedo ver que tienes experiencia en este tipo de cosas. ¿Cómo es que alguien tan fuerte trabaja en algo como esto? Podrías buscar un mejor trabajo con las habilidades que tienes — indagó Raynare mirando al chico.
— Jeje. La verdad es que prefiero perder el tiempo haciendo esto y entrenando que trabajar todo el día en otra cosa. Además, creo que ya me he acostumbrado a cultivar — comentó el saiyajin mirando el cielo azul.
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— Ya veo. Bueno, creo que es mejor que vaya a preparar el almuerzo mientras tú terminas aquí — la chica dijo limpiando sus manos con un trapo.
Goku la miró detenidamente con una sonrisa como si se percatara de algo. Ella sintió su mirada y se confundió por la forma en que la veía.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué me ves de esa forma? — inquirió Raynare sintiéndose un poco incómoda.
— Jaja, se nota que ya no eres malvada como al inicio — Goku le dijo en un tono divertido.
— ¡Cierra la boca, tonto! ¡Sigo siendo la misma y tú me sigues pareciendo alguien molesto! Bu-Bueno, aunque también eres lindo en ocasiones — musitó la chica disminuyendo su enfado y un poco avergonzada.
— ¿Eh? No escuché lo último, hablaste muy bajo.
— No dije nada, olvida esto y apresúrate con lo que haces — terminó de decir Raynare alejándose dando pasos apresurados.
El pelinegro sonrió y se dispuso a continuar con su trabajo. Esperaba ansioso la comida que prepararía Raynare, en verdad agradecía que Rias le enseñara a cocinar y así no terminara haciendo un desastre en la cocina.
Las horas transcurrieron rápidamente hasta que la oscuridad de la noche se apoderó del cielo.
— Por cierto, ¿cómo te fue hoy en la escuela? — preguntó Goku mientras hacía flexiones con un dedo y Ophis se hallaba sentada en su espalda.
Raynare había aceptado un par de días antes asistir a la Academia Kuoh, tal y como se lo sugirió la chica de cabello carmesí. Ya que no quería estar todo el día sin hacer nada, decidió ir a la escuela para distraerse por unas horas. A pesar de que ella ya era una mujer adulta, seguía teniendo la apariencia de una chica joven ya que es un ángel caído, así que no habría problema con eso.
