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Maratón 2/?

Ya pasada 1 semana más de completo castigo. Limpiando baños, fregando botas, lavando ropa (aunque me gustaba, porque podía escoger mi uniforme y escoger el uniforme de Morti), haciendo flexiones, corriendo en el rayo del sol, cargando leña y también lavando camiones de maniobra completamente enlodados. Mi castigo había terminado y mi sábado fué para dormir y volver a pintar y arreglar mis uñas. Tuve que volver al arbusto dónde tiré mi neceser con mis cosas para poder arreglarme las uñas. Y el domingo de visitas volví a quedar plantado por mi padre, pero ésta vez ya no me importó porque sabía que Kiko iba a encontrarme ahí en la enorme roca, debajo del frondoso árbol después del almuerzo y volvimos a jugar al qué prefieres, nos reímos, escuchamos música y comimos la mitad de un Snickers que le pedí a Leo.


Lunes de la tercera semana

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Lunes de la tercera semana.

Ya no tenía castigos. Por lo menos había tratado de no mandar al demonio al Sargento Osorio para poder tener 1 semana aunque sea sin tanto trabajo.

Desayunamos tranquilamente con Morti. Leo estaba en otra mesa conversando con dos idiotas que no dejaban de mirarnos a Morti y a mí con expresión de babosos. No es que ésta vez esté siendo extremadamente creído y crea que nos están mirando porque somos lindos y porque en 2 semanas estamos con un cuerpo mejor que el de Pamela Anderson por todo el ejercicio y la fuerza física que hacemos. Pero realmente nos están mirando descaradamente y Morti y yo lo sabemos y nos hacemos las idiotas. Tal vez será porque somos los únicos que más ó menos tenemos un uniforme que se ajusta algo al cuerpo y no nos anda cómo si la ropa fuera de un gigante.

Sevilla entra y avisa que nos espera en el campo de entrenamiento. Desde los días que estuve aquí no la ví con otro peinado que no sea ese. A lo mejor así es la forma de su cráneo.  No voy a cansarme de hacer preguntas sobre su peinado. Cada vez que la veo me surgen miles de dudas acerca de su cabello. 

El entrenamiento que Sevilla nos tenía era bastante interesante y eran técnicas de combate. Nos enseñó algunos golpes, de manera individual.

Pero yo, daba más asco golpeando el muñeco lleno de heno que haciendo flexiones. 

Nunca he golpeado a nadie. Es decir, he degradado y humillado a cientos de personas, pero jamás ensucié mis manos, para eso estaban los guardaespaldas. Y a decir verdad, me dá miedo romperme una uña si golpeo muy duro, así que mis golpes son de chiste. Cosa que Sevilla nota y me hace llamados de atención varias veces.

Me detengo a ver cómo los demás golpean para saber si soy el único inútil con el saco. Morti, a pesar de que es delgada y muy frágil en su apariencia, le pega puñetazos tan duros al saco, que me duelen de sólo escuchar. Realmente Morti tiene carácter. Para que hablar de Leo, golpea  sin ningún esfuerzo el saco, con la masa de músculos que tiene en cada brazo es bastante fácil entrenar. Ni mencionar a la gorilona de Grecia, quién hace bailar al saco de puñetazos y patadas. 

¡Señor, Sí, Señor! // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora