Cₐₚ₂. ¿Fₑₗᵢz Cᵤₘₚₗₑₐñₒₛ?

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Cuándo quito mi antifaz de sueño peludo y rosado, una bandeja con el desayuno cómo a mí me gusta está frente a mí, más un cupcake extra con una pequeña vela rosada en él.

Papá me sonríe y se sienta en mi cama, apoyando la bandeja en mis piernas.

—¡Feliz cumpleaños, mi campeón! — mi papá se estira y me dá un beso en la frente.

— Ay papá, te quedaste para traerme el desayuno.— miro la bandeja enternecido.— y trajiste azúcar morena.

Él sonríe de lado y comienza  a endulzar mi té.— Si, María me dijo que ayer no quisiste desayunar porque no había azúcar morena.— Me entrega la taza, pero en su rostro hay una pequeña nota de enojo.

—No comiences papá, es mi cumpleaños.— ruedo los ojos y tomo con los dedos una rebanada de fresa de los hotcakes.

—Mira, Joaquín, ya son 19 años, sólo te pido que comiences a comportarte cómo un adulto.— suspira y quita una rebanada de fruta él también.

— Sé tomar decisiones.— tomo un sorbo de jugo de naranja.— He supervisado a los empleados de ésta casa por años, cuándo tuviste viajes de negocios he dirigido el Casino con la mínima ayuda de Carla y... te he ahorrado miles de dólares en campañas publicitarias gracias a mis contactos.

— Sé que tienes potencial para el negocio Joaquín, pero tus acciones...

— Papá es un gran comienzo que por ésta vez tú estés desayunando conmigo. Ésto no pasaba desde que tenía 12 años, así que si vas a comenzar a regañarme por mi hermosa manera de ser te sugiero que lo hagas otro día y no arruines ésta hermosa mañana.

— Cambiemos de tema, ¿arreglaste algo con Renata?

— Si...— sonrío. — hemos planeado algo...

— Joaquín nada de fiestas aquí en casa. 

— No será aquí...— ruedo los ojos mintiendo.

Tengo una casa espectacular y ni siquiera puedo usarla para hacer fiestas. Claro que ya estrené mi casa con fiestas... a los 14 años, pero fueron sólo 3 de 7 que papá se enteró y 2 de 7 llegó a casa cuándo la fiesta estaba en pleno clímax.

— ¿En dónde será?

— En su quinta de verano, sus padres le dieron el permiso para usarla.

Él todavía me mira con una expresión de desconfianza. — ¿y qué harán?

— Oh bueno, he decidido que será una fiesta de trajes de baños porque el calor que hace es terrible, y ya que ellos tienen una piscina grande y un asador, sería genial hacerlo ahí.

— ¿Quién será el asador?

— Oh, será Mauricio, quiere que sea especial.— me encojo de hombros sonriendo.

 — Ese muchacho y tú están...

— No somos novios. — me adelanto a responder. — pero hay química entre nosotros. 

— Tendré que hablar con ese muchacho. — dice levantándose mientras acomoda la bandeja en mis piernas.

— ¡Papá! — chillo avergonzado.

Él sólo sonríe y camina hasta la puerta.

 — Por cierto, tu madre llamó, quiere que éste año le atiendas el teléfono.

— Sabes bien, tanto tú cómo ella, que eso jamás sucederá. — dejo mi bandeja a un lado y me encierro en el baño para evitar que papá siga hablándome de esa mujer.

¡Señor, Sí, Señor! // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora